Escritor, director, empresario... acaba de abrir hace escasamente un mes en el 23 de la calle Parras la Escuela de Artes Escénicas. Nació en Cáceres por casualidad y vivió en Villanueva de la Vera, su pueblo, hasta los 14 años. El pequeño de tres hermanos, toda la vida ha compaginado sus diferentes trabajos y estudios con lo que verdaderamente ha sido su pasión, el teatro. Entre otras cosas la dirección del Gran Teatro del 2001 al 2012. Reflexivo, inquieto, creativo, emprendedor, gran lector, familiar, con insaciables ganas de aprender, comprometido, responsable... Todo un lujo como persona y como profesional. Me ha encantado conocerte Isidro.

--¿Qué le trajo a esta ciudad?

--En principio estudiar Bachillerato en el Instituto El Brocense. Mi hogar fue la residencia Donoso Cortés, hasta que decidí continuar mis estudios en Talavera por proximidad a mi pueblo. Para estudiar Geografía e Historia regresé a Cáceres, y desde entonces continúo aquí.

--¿Recuerdos de su infancia y adolescencia?

--La niñez en la Vera, años maravillosos llenos de baños y amigos. Recuerdo la biblioteca de mi padre y nuestros viajes a Madrid: cine y libros. La adolescencia estudiando fuera, en Cáceres, los fines de semana se resumían entre leer en el descampado del Rodeo, paseos por Cánovas comiendo pipas y yendo al cine, Coliseum, Astoria..., ya con 19 años al Cine Club del Capitol.

--¿Un rincón?

--Hay muchos, del Casco Histórico elijo La Judería Vieja y El Jardín de Ulloa; pero, de toda la ciudad, en especial me quedo con el Paseo Alto.

--¿Un lugar donde desconectar y recargar pilas?

--Villanueva de la Vera.

--¿Qué mejoraría en Cáceres?

--Cambiaría la forma de actuar a la hora de cuidar el turismo. El casco histórico es el motor de esta ciudad y debemos conseguir que el turista pernocte y no venga de paso. Empecemos por las pequeñas cosas: no hay baños públicos, ni sombras, ni está bien adaptada, algo fundamental. Del mismo modo, repartiría las actividades del Festival de Teatro Clásico, que ahora está en fechas nada turísticas, a lo largo de los fines de semana del verano, potenciando la actividad cultural para un turismo que está en crecimiento, algo así como un Verano Clásico. En definitiva, haría un buen estudio de impacto turístico para Cáceres, para que el turista se quedase dos o tres días generando los consecuentes ingresos.

--¿Trayectoria?

--Después de coquetear con Geografía e Historia y con Psicología me dedico de lleno al teatro, sin dejar de estudiar. Ahora estoy acabando el Grado de Dirección Escénica y Dramaturgia, que es en lo que he trabajado durante muchos años de mi vida. Creo y regento el "Por Ejemplo", mítico bar de los 80 en La Madrila, y eso me aparta durante un tiempo del teatro; posteriormente reformo y regento, siempre con socios, "El Corral de las Cigüeñas", durante siete años y medio, pero en esa época ya lo compagino con el teatro: primero asumiendo la dirección artística del Aula de Teatro de la Uex, en Cáceres y Badajoz, por encargo del Profesor Miguel Angel Lama y, después, creando mi propia compañía, "Umo Teatro". Es una etapa estupenda: escribo, dirijo, doy clases de iniciación al teatro, organizo Muestras de Teatro Universitario, viajamos a otras universidades... Después me centro sobre todo en escribir y veo cómo mis obras se representan por otras compañías y son seleccionadas para los Ciclos de Lecturas Dramatizadas de la SGAE.

--¿Cómo empieza su pasión por el teatro?

--Mi padre era un gran lector, muy teatrero y escribía, incluso tiene sus novelas escritas y no editadas; como 'La genética no perdona', eso me lo transmite y además tengo la gran suerte de coincidir y convivir en el Donoso Cortés con estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, que orientaron mis lecturas hacia libros que en aquella época no eran fáciles de conocer y conseguir. Recuerdo incluso que ensayamos una obra que nunca se pudo representar por el momento político que se vivía, era calificada como comprometida: "El Relevo" de Gabriel Celaya.

--¿Próximos proyectos y más recientes?

--Afianzar la Escuela de Artes Escénicas que acabo de abrir, estrenar con mi nueva compañía Maltravieso Teatro la obra "Inaguración" de Havel e intentar que sucedan cosas interesantes en el recién creado espacio Maltravieso Border Scene, cosas más cercanas a la investigación en las Artes Escénicas en su vertiente más auténtica, menos comercial. Para este proyecto cuento con la colaboración de Amelia David, excelente actriz y profesora.

--¿Maltravieso Border Scene?

--Maltravieso viene porque ahí empezó todo, en Cáceres, en esas cuevas. Las pinturas con manos sobre las paredes no manifiestan otra cosa que la necesidad del hombre, ya desde la prehistoria, por expresarse artísticamente. También el teatro comienza ahí, con las danzas rituales. Border Scene significa escena fronteriza, nos encontramos en la periferia de un país, muy cerca de la frontera con otro, aunque solo es una frontera política. Históricamente también estamos en la frontera entre dos mundos, dos tiempos, dos formas de entender el mundo y nuestro tiempo. En el arte, estar trabajando en una zona fronteriza te aleja del ruido, y eso te ayuda a crear, es como estar en la cuerda floja, al límite. Puedes alejarte de lo comercial y dedicarte a crear.

--¿Qué ofrece?

--Como espacio es magnífico, es amplio, céntrico y bien equipado donde se pueden recibir clases de teatro, "alimento para la vida y nutrientes para el espíritu", y adquirir habilidades muy necesarias en la vida, como hablar en público, relacionarse, comunicarse, expresión corporal, presencia, respiración...