El viaducto levantado sobre el río Almonte fue definido como “el más emblemático de la línea” por Ana Pastor, actual presidenta del Congreso de los Diputados, cuando ejercía como ministra de Fomento en unas declaraciones que recogió este periódico durante una visita a las obras de la política gallega en julio del 2015. Tiene el mayor arco del mundo (medida por la distancia de pilar a pilar) para su uso, con 384, y para su construcción se han utilizado más de 2.000 toneladas de acero.

Adif señala, así mismo, que uno de los aspectos que más destaca del viaducto es el recurso de hormigones de alta resistencia. Para la ejecución del arco, se ha utilizado un hormigón de 800 kg por centímetros cuadrados de resistencia a comprensión, que además es autocompactante, es decir, no requiere vibrado y se coloca por simple vertido, con lo que se facilita la puesta en obra a gran altura sobre el embalse. Su construcción se realiza por voladizos sucesivos y también han sido necesarios, como medios auxiliares, dos torres metálicas de más de 50 metros de altura colocadas sobre las pilas extremas del arco, dos sistemas de tirantes de acero y otro sistema de anclaje.

Y, aunque en menor medida, pues es de una dimensión más pequeña, el viaducto sobre el Tajo también ha requerido un gran despliegue de medios, materiales y humanos. También se ha utilizado un hormigón de una resistencia superior al normal (de 700 kg/cm2 de resistencia. La construcción del arco se ha realizado por voladizos sucesivos atirantados, inicialmente desde las pilas de hormigón en los arranques del arco y, posteriormente, por medio de dos torres de atirantamiento situadas sobre dichas pilas.

Los medio auxiliares que se han empleado para levantarlo no distan mucho de los de su ‘hermano mayor’: las mimas torres metálicas y con idéntica altura, también un carro de hormigonado y semejantes sistemas de tirantes de acero de soporte y de anclajes. H