No es oro todo lo que reluce. Al menos, eso es lo que demuestra Pablo Serrano, un joven cacereño de 28 años que ha denunciado ante Inspección de Trabajo a Modexpor, la empresa encargada de la selección de figuración y extras en Juego de Tronos, por incumplimiento del contrato. «Hay gente que ya se ha ido, gente que se va a ir en los próximos días y gente que aguanta por la necesidad. Nos tratan como si nosotros fuéramos catetos de pueblo y ellos los que vienen a darnos pan y circo», lamenta.

La queja de Pablo Serrano, que la secundan otros 40 figurantes en un escrito donde se denuncian los hechos y que cuenta con la firma de todos ellos, viene de lejos. Se presentó a los casting que acogió Malpartida el pasado mes de septiembre porque vio en el rodaje una buena oportunidad de obtener ingresos para las navidades. «Nos dijeron que necesitaban disponibilidad absoluta desde el 1 de noviembre hasta el 12 de diciembre. Calculé y, si me cogían, me pagarían unos 2.200 euros», afirma. Cuando lo seleccionaron, firmó un contrato de 11 horas más una de descanso por jornada de trabajo a razón de 54 euros diarios. Y, para las horas extras, dicho contrato remitía al convenio nacional para figurantes, que las cifra inequívocamente en 12’50 euros la hora. «No han cumplido nada», denuncia.

Serrano ya guarda quejas de las primeras jornadas, las que la productora dedicó al adiestramiento del personal. Primero, alude a la sensación de desengaño. «Te dan a entender que es una oferta rentable económicamente y no eres consciente de lo que realmente es hasta que han pasado varios días del ensayo», argumenta. Y continua. «Además, hubo gente que, durante esos días, pudo hacer las pruebas de vestuarios, por lo que se las pagaron. Pero otros tuvieron que ir un día suelto a Malpartida. A estos no les dieron nada», recuerda.

Pero lo peor llegó cuando comenzó la grabación. «Estamos haciendo jornadas de 15 horas y no nos las pagan. Te citan en Malpartida de 3.30 a 5.30 horas, no te dan ni dinero para el transporte y no te dejan ni diez minutos para comer», dice Pablo, que aporta una prueba de ello a este periódico. Uno de los últimos días que acudió al rodaje (ya ha decidido abandonarlo) grabó una conversación con el móvil con una de las representantes de Modexpor, a la que ha tenido acceso este diario. «¿Cuándo empiezan a contar las horas extras? Prefiero preguntaros a vosotros, que así me quedo más tranquilo...», pregunta Pablo. Y la respuesta obtenida: «Da igual cuantas horas hagáis que se os va a pagar lo mismo. Y horas extras, nada de nada».

Pese a todo, la denuncia no se queda ahí. Pablo recoge en el escrito presentado a la Inspección de Trabajo que «no se respeta lo establecido por convenio en cuanto al descanso diario, las comidas se reparten mientras se está trabajando y, en ocasiones, nos obligan incluso a tirarlas» porque no les da tiempo a terminarlas. Por último, el denunciante, quien opina que el rodaje «es una buena inyección económica a la ciudad», critica la actitud de la productora al ser cuestionada por estos temas, la define como «esquiva, confusa y poco cordial», y lamenta que, al haber reclamado sus derechos como trabajador, «la respuesta ha sido una amenaza con no volver a ser llamado para trabajar».

Este periódico ha intentado en varias ocasiones ponerse en contacto con Modexpor, la empresa que se encargó de la selección de personal en los castings, pero los que trabajan en la figuración en Malpartida han remitido a la sede central, situada en Málaga, y de la que no se ha obtenido respuesta alguna hasta el momento.