Quise titular esta columna «desde aquí» porque, sencillamente, es este el lugar desde donde quiero situar mis referencias, y también algunas experiencias alcanzadas a lo largo de mi vida, y desde luego también sitúo «desde aquí», muchos de los conocimientos alegrías y sinsabores alcanzados.

Ello no quiere decir que no pueda establecer otras referencias, aunque para mí, este, será el lugar que marcará las mías, quiero que sean «desde aquí», que no será un modo de ver todo desde lo subjetivo. Pienso que ver todo desde aquí es la forma más global y universal de no contaminarse, tampoco de aislarse del modo general de la vida propia o ajena.

Por ello, y para seguir siendo fiel al principio que me marqué con estas apariciones en El Periódico Extremadura, quiero enlazar con aquello que conocemos y que hemos visto muchas veces, y lo justifico porque este año 2016 ya se va marchando y ahí está la Nochebuena.

Pero me ha dado por recordar algo que a muchos de ustedes les habrá llamado la atención, sobre todo en los últimos años desde que se construyó el pantano de Alcántara y las aguas inundaron el Castillo de Floripes, que se encuentra sobre el río Tajo, a 30 kilómetros aproximadamente desde Cáceres en la antigua carretera que siempre hemos llamado de Salamanca. Y pasa por ahí, seguro que habrán divisado la presencia de una fortaleza semihundida en aguas del Tajo, justo en la confluencia con el Almonte y en la cola del Embalse de Alcántara. A mí me llamó siempre la atención esa torre, restos que son de la hoy denominada Torre de Floripes, un castillo del siglo XV erigido por los musulmanes para proteger la Vía de la Plata, que, cuenta la leyenda, es el nombre de una princesa árabe, hermana del caudillo Fierabrás, que disputaba la conquista del mundo al gran Carlomagno. De cuya historia les contaré en otra ocasión de forma más precisa.

Aunque al parecer enterada de la situación, Floripes decidió actuar y consiguió acceder al castillo y liberar a los Pares, después de terminar con la vida de Brutamonte, el guardián de la fortaleza. Sin embargo, Fierabrás llegó antes de la huida y logró sitiar a los soldados de Carlomagno. Éstos echaron a suertes el nombre del encargado de huir y avisar al emperador.

Fue Guido el responsable de tal hazaña, que pudo regresar con refuerzos para liberar definitivamente a los Pares y a su amada Floripes.

La Torre de Floripes, o Castillo de Rocafrida, está situada a pocos kilómetros de Garrovillas de Alconétar. La fortaleza se encuentra en ruinas, aunque está amparada por la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y por la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. La mayor parte del tiempo se encuentra sumergida bajo las aguas del embalse José María Oriol-Alcántara II, aunque en épocas secas la torre del homenaje emerge y puede apreciarse en parte.

Se dice que cuando sube el agua y se cubre la torre, los espíritus de Brutamonte y Fierabrás se manifiestan en forma de remolinos alrededor de la fortaleza.

¡Créanselo, por favor, las leyendas pueden ser verdad... y por ello y además estamos a fin de año!