Cuando se cierra una sala de conciertos se cierra una puerta a la cultura. En Cáceres, el año 2017 nos ha recibido sin el Aula de Cultura de la calle Clavellinas, una sala de conciertos emblemática de nuestra ciudad, coronada con ese hermoso piano de cola perteneciente a la Asociación Musical Cacereña. El Obispado, su dueño, no ha renovado el contrato de alquiler que hasta diciembre mantenía con Caja Extremadura, y nos ha dejado sin Aula.

Quizá sea este un buen momento para reivindicar la rehabilitación del salón de actos del IES El Brocense, cerrado a cal y canto desde hace varios años a pesar de que tan buen uso se hiciera de él durante mucho tiempo desde el consistorio de esta ciudad. Quizás algunos de ustedes aún recuerden aquellos espectaculares concursos de murgas y comparsas del Carnaval de los años noventa, celebrados en estas instalaciones.

Pero, como les digo, ahora este salón de actos está cerrado y El Brocense, que en 2014 celebró su 175 aniversario y que ha sido, y es, un referente en la cultura de esta ciudad --Medalla de Extremadura en 1990 y Medalla de Cáceres en 2015--, no dispone de salón de actos. En su lugar está el Aula 3, con una capacidad de algo menos de 100 personas. No está mal para un centro educativo de unos 1296 alumnos (necesitaríamos dos aulas 3 sólo para meter a nuestros alumnos de 1º de Bachillerato). Recuerdo el Festival de Navidad del pasado mes de diciembre: había más alumnos y profesores intérpretes que asientos en el aula. Los espectadores eran los propios cantantes e instrumentistas. Algunos grupos, en cuanto terminaban su actuación salían del aula porque no tenían butacas en las que sentarse. ¡Qué lástima! Creo que vinieron cuatro padres (dos padres y dos madres) a ver el festival. Los pobres estuvieron atrás del todo, de pie y apretados entre los alumnos que entraban para actuar y salían tras la actuación. Hubo que decirles a los alumnos que no invitaran a sus padres a este festival. ¡Lamentable! Tenemos en el instituto un coro con unos 40 integrantes entre alumnos, profesores y personal de servicios. Su actuación fue el colofón del festival. Pues bien, apenas cabíamos en el improvisado escenario del Aula 3. Algunos tuvieron que quedarse fuera porque no pudieron entrar ante el atasco que había en la puerta de acceso. Por cierto, hubo que eliminar una pieza que iban a interpretar el coro y la orquesta de cámara del instituto, porque no cabían todos los músicos en la tarima que hacía las veces de ridículo escenario. ¡Qué pena! En este trimestre, un grupo de alumnos del IES El Brocense participará junto a la Orquesta de Extremadura en dos conciertos didácticos en Badajoz (17 de febrero) y en un concierto en familia en Cáceres (18 de febrero); y otro grupo lo hará con una versión de Luisa Fernanda en el marco del interesante proyecto I-ESCENA, organizado por la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) (28 de marzo), ¡y ni siquiera tenemos un espacio adecuado donde ensayar! Los días que no llueve utilizamos el patio del instituto para las escenas en las que participa todo el grupo o para ensayos parciales.

A algunos, cada día se nos van los ojos al edificio en el que se encuentra, totalmente abandonado, el antiguo salón de actos, y no podemos por menos que preguntarnos: ¿Cómo es posible que estemos como estamos? ¿Qué debemos hacer, señores gobernantes de la ciudad y políticos educativos de Extremadura, para que de una vez por todas se tome la decisión de rehabilitar el salón de actos de El Brocense? Porque, además, no sería sólo un aula de cultura para el IES El Brocense, también podría serlo para la ESAD, para institutos cercanos como los IES Norba Caesarina y Virgen de Guadalupe, para el Conservatorio de Danza y el de Música, si fuera necesario, y, por supuesto, para Cáceres, como lo era antes.

¿Que se cierra un aula de cultura? ¡Abramos otra!