Apple ya tiene un tercer museo en Europa, el primero en España... y está en Cáceres. La antigua casa del número 13 de la plaza de San Juan alberga en su planta baja, sostenida por deliciosas bóvedas blancas, una colección extraordinaria de más de 120 modelos, desde el Apple I, creado por Steve Wozniak y Steve Jobs en 1976, hasta los últimos G5 pasando por iPod, iPad o iPhone, entre otros.

Creado por Carlos Izquierdo, informático cacereño que aúna en esta iniciativa sus tres pasiones --la enseñanza, la restauración y la informática--, el Museo Apple permite contemplar los ordenadores más antiguos, su evolución desde los años 70, los primeros sistemas de escritorio con ratón, el Apple Lisa de 1982 (muy importante en la historia de la tecnología) y por supuesto la colección completa de todos los Apple II (incluido el Original, con 40 años). Llama la atención el primer portátil de la marca con baterías de plomo (pesaba lo suyo) o el peculiar Dúo Dock (portátil que se metía dentro de una CPU para ganar versatilidad). «Muchos de ellos han sido expresamente traídos de Estados Unidos porque apenas se vendieron en Europa», explica Carlos Izquierdo.

No falta el Macintosh Original de 1984, todos los Macintosh hasta los últimos G5 de hace 14 años, entre ellos el Macintosh LC 580 (solo comercializado en EEUU) y el Macintosh 20th Anniversary para ejecutivos, que costó hace dos décadas un millón de pesetas. La colección alberga incluso un enorme whatsapp que enviaba información de un sitio a otro en los años 70 y 80, y el IMac G4 que está expuesto en el Museo MoMA de Nueva York como uno de los mejores diseños industriales.

Carlos Izquierdo no es un fanático de Apple. También tiene otras marcas en esta colección única como IBM, Spectrum, Dragon, Commodore o la primera firma de ordenadores españoles, Secoinsa, con un modelo del tamaño de una lavadora.

Los primeros juegos

El museo, que el propietario pretende ampliar, está destinado a todos los públicos. Los visitantes reciben una visita guiada de entre media hora y una hora, y pueden interactuar con las máquinas para comprobar cómo han evolucionado durante cuatro décadas. Algunos colegios ya han tenido la opción de acudir y Carlos Izquierdo destaca el entusiasmo de los niños, que se apasionan compitiendo en red con los primeros juegos de la informática y sus evoluciones posteriores.

Los turistas muestran un interés especial, de hecho este museo se pone a la cabeza de un sector desconocido en Extremadura como es el turismo tecnológico. Abre de martes a domingo con entradas que oscilan entre 2 y 5 euros.