La Plataforma de Mujeres por la Igualdad de Cáceres salió ayer tarde a la calle para visibilizar su repulsa contra los casos de violencia que amenazan a las mujeres y a sus hijos. María José Pulido, miembro del grupo coordinador de este colectivo, habló horas antes para El Periódico Extremadura de la necesidad de poner en valor políticas que frenen esta lacra y que actúen frente a los talibanes de la red que han hecho de ‘la manada’ su bandera.

-¿Cómo nace la plataforma?

-Surge de gente muy diversa a raíz de la problemática de las desigualdades y la violencia de género. Es un colectivo que desde sus orígenes cuenta con hombres y con mujeres. Así que es casi paritaria. Nació temiendo que los recortes de la década del 2000 acabaran afectando a las políticas derivadas tanto de igualdad como de violencia de género o de la interrupción voluntaria del embarazo. Nos unimos gentes de un amplio espectro de la ciudad y aquí seguimos en esta lucha.

-¿Además de esta manifestación habrá más acciones?

-Sí. Haremos más adelante campañas por los barrios, comenzaremos por Llopis. Llevaremos a gente relacionada con el derecho, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o técnicos del Instituto de la Mujer que están trabajando con la asistencia a mujeres y menores.

-¿Por qué decidieron salir ayer a la calle?

-Porque el día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres sigue plenamente justificado, para llamar la atención sobre todas las agresiones y violencia que se ejerce contra las mujeres y sobre las niñas en todo el mundo. Además este año estamos muy preocupadas con el ascenso de menores asesinados para castigar a las madres. Los maltratadores ven que cuando quieren infligir castigo extremo a sus esposas o sus exparejas saben que les hacen más daño atacando a los hijos o secuestrándolos que matándolas a ellas. Son ocho menores, y cinco de ellos tienen menos de 8 años, los afetados. Es terrible, es una realidad que está ahí. Nos preocupa mucho garantizar la vida, la integridad física de las mujeres, pero también la de los menores. Son ya 22 los que han quedado huérfanos de las madres asesinadas.

-Y luego está la manada...

-Salimos a la calle contra esa lucha feminista que hay sobre todo en las redes sociales. Hay una reacción de grupos muy machistas, casi como talibanes, queriendo defender los privilegios de los varones, acusando y deslegitimando a las víctimas de la violencia de género. Lo estamos viendo en el caso de Pamplona al que se refiere, donde en las redes sociales ha habido todo un movimiento queriendo juzgar a la chica víctima de la violación y excusando, comprendiendo el acto salvaje de los presuntos violadores.

-¿Por qué esta regresión?

-La crisis ha hecho que empezáramos a preocuparnos de cosas muy básicas como que la gente tuviera para comer o encontrar un empleo, pero se ha bajado la guardia y se ha dejado de invertir en políticas de igualdad y contra la violencia. Sabemos que mantener una sociedad muy concienciada contra el maltrato supone hacer campañas de sensibilización sostenidas y con voces expertas, y eso cuesta dinero y ese dinero no se está gastando. Entretanto, los datos del CIS siguen saliendo y la preocupación que muestra la sociedad española por la violencia de género es muy bajita porque no es tema central. Creo que hay tomar conciencia de lo que sucede, de que estamos hablando de la vida o la muerte de mujeres y de niños y niñas. A ello se une el acoso sexual en el trabajo o las violaciones, que suponen un infierno para las mujeres que lo sufren.

-¿Habla de las instituciones, cree que docentes y familas también tienen mucho que hacer?

-Mucho. Esto es un problema social absolutamente complejo y diría que poliédrico. Pero es que la ley contra la violencia de género requiere pasta que no se está poniendo. Es una ley integral y por ello exige de la implicación de muchas áreas, de la formación de profesionales, docentes, sanitarios, de las fuerzas de seguridad, de los servicios sociales... En cuanto a las familias, en su gran mayoría hacen lo que pueden, pero creo que en los chavales están influyendo otros factores como el mercado, que es poderosísimo y que vuelve a los estereotipos y a los roles. Y todo eso se combate con conciencia social.

-Y fíjese que ahora muchas mujeres del teatro y del cine están denunciando los acosos que han sufrido. ¿Piensa que estas acciones o la misma marcha de ayer sirven para frenar esta lacra?

-No puede caer la lucha por defender la igualdad, que requiere un compromiso del Estado y de las administraciones. Por eso es tan importante salir a la calle y que se visibilice que hay muchas mujeres y muchos hombres que creemos que esta es una causa necesaria. La lucha contra la violencia de género es una de las más graves de España porque es origen de muerte. Es terrible que procesos judiciales que en los años 80 y 90 empezaron a abrir la puerta a sentencias más justas estén ahora otra vez cuestionándose. Y por eso estamos en la calle, porque son situaciones absolutamente injustas para con las mujeres.