Una frase resumía ayer a mediodía su estado anímico: «Estoy hecha polvo», aseguraba la exalcaldesa socialista Carmen Heras, después de conocer que la Audiencia de Cáceres rebaja tres meses la pena de prisión tras el recurso que presentó por la condena que contra ella dictó el Juzgado de lo Penal el pasado mes de enero. Ese recurso tiene en cuenta el atenuante de la tardanza en la tramitación del proceso: siete años, pero la condena a un año y nueve meses de cárcel y confirma los 8 años y 6 meses de inhabilitación.

De esta forma, de los dos años a los que la exregidora socialista fue condenada por un delito de prevaricación medioambiental, el nuevo fallo dicta que deberá cumplir las penas de un año y nueve meses de prisión con inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. Eso sí, mantiene los ocho años y seis meses de inhabilitación especial para empleo o cargo público, «pena que conllevará la privación definitiva del empleo o cargo de concejal o alcalde y de los honores que le sean ajenos, así como la incapacidad para obtener el mismo u otros análogos, en particular, los que lleven consigo el carácter de autoridad o aquellos cuya designación se haga por elección durante el tiempo de la condena».

Aunque la mandataria fue también condenada por el caso Urban Screens a penas de inhabilatación, no entrará en la cárcel por no superar la condena los dos años. No obstante, al ser una pena inferior a dos años, y según la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 2015, la exalcaldesa deberá solicitar la suspensión condicional de la condena para evitar su ingreso en prisión. Hasta la fecha ningún juez en España ha negado este extremo a procesados en esta misma situación.

La Audiencia también condena al concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado, por el mismo delito a un año y nueve meses de prisión, no rebajando en su caso la pena. «Hice todo cuanto pude contra los ruidos durante los cuatro años que goberné el ayuntamiento, hice lo que se estaba haciendo y además lo implementé con más medidas. Pero, vamos, como a nadie le importa...», dijo ayer Heras visiblemente triste por todo este proceso judicial.

La exalcaldesa agradeció el apoyo ciudadano que está recibiendo e indicó que la sentencia no afecta a su trabajo como profesora de Matemáticas en la Universidad de Extremadura, puesto del que tiene previsto jubilarse el año que viene.

La sentencia que acaba de dictar la Audiencia insiste en que las medidas provisionales del ruido correspondían a Carmen Heras, igual que la jefatura de la policía local, la imposición de sanciones en materia de contaminación acústica y la adopción de medidas cautelares para la protección del medio ambiente, la concesión de licencias para locales de ocio así como la facultad sancionadora. Insiste en que las molestias en la calle son competencia sobre todo de los ayuntamientos y que aunque Heras realizó actuaciones para paliar los ruidos «los mismos seguían existiendo y las molestias se seguían causando». La sentencia añade que Heras debería haberse interesado por el estado de los procedimientos. Y sobre el hecho de trasladar la responsabilidad de lo sucedido al técnico Javier Alonso, o hacer mención a la era Saponi o la era Nevado, el fallo concluye: «La ilegalidad de uno no puede justificarse en la ilegalidad de otros».