Muchas son las opiniones que a menudo tiene la población sobre uno de los ejes fundamentales que denotan el progreso económico, cultural, social y crítico en una sociedad: la lectura. En los últimos años, muchas estadísticas han retratado que ante diversos factores, entre los que se encuentra como uno de los más poderosos, el aumento de la tecnología con su proliferación de internet, de los formatos e-books, y de la llegada de nuevos pasatiempos a los que se accede a través de la pantalla, el número de lectores se ha desacelerado notablemente.

A pesar de esta realidad, en el caso de Cáceres, el mes de mayo ha supuesto un soplo de aire para el negocio de la venta de libros. Dos nuevas librerías, una en plaza Marrón y otra en León Leal abren sus puertas. Rosa Pérez es propietaria de la nueva librería El mejor lugar del mundo. «Que alguien te pregunte por qué abrir una nueva librería es lo normal», asevera, sin embargo, precisa que «los que llevamos muchos años moviéndonos en este mundo, sabemos que la aventura que emprendemos no es tan arriesgada y que hay mucho más que ofrecer de lo que se ve desde fuera, mucha gente lee en papel, es una experiencia que no te puede dar una pantalla». Tanto Rosa, que combina libros de segunda mano y de última edición, como Inmaculada Blanco, que emprende con Pájaro Azul, en León Leal, apuestan por mantener la esperanza en la inquietud de los lectores a los que «hay que motivar compartiendo las cosas que te emocionan». «Una librería no es un mercado, hay que crear espacios donde se pueda disfrutar de leer un buen libro y la lectura de un libro en papel siempre será insustituible», concluye.

En cuanto al panorama, María Vázquez, que lleva ya 17 años en Todolibros, afirma que a pesar de que ha habido un retroceso en los años de la crisis, en los que se notó mucho la disminución de la compra. «Los padres analógicos apuestan mucho porque los niños compre libros y sustituyan un rato el móvil o la tablet», asevera. Por su parte, Fernando García Figueroa y su hijo, Luis Fernando García Rubio, desde su libería de Virgen de la Montaña, abren un amplio debate entre las causas más profundas por las que no se lee realmente en nuestro país. «El problema no es que no se lean libros, es que no se lee directamente», lamenta. Mientras Fernando habla de la falta de base cultural, Luis Fernando se refiere a un cambio generacional.