No van a favor ni en contra de ningún partido. Tampoco de ninguna institución. «Sólo estamos en la obligación de reivindicar lo que nos transmiten nuestros vecinos, y las necesidades de los barrios son muchas y diversas». Así lo afirma José Alberto Iglesias, presidente de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres, cuyas 27 barriadas se han reunido en el transcurso de dos semanas para poner sobre el papel todas sus necesidades --las generales de la ciudad y las concretas de cada distrito--, y también para empezar a diseñar proyectos propios de ayuda a sus convecinos más vulnerables.

La agrupación ha cogido nuevas fuerzas en los últimos años, consciente del deber que tiene el movimiento vecinal a la hora de advertir a los políticos de los problemas de los ciudadanos, por su cercanía a los barrios y a sus gentes. Pero además quiere aportar propuestas, formar parte de la búsqueda de soluciones y ser realmente un pilar de apoyo a sus vecinos.

Lo prioritario es poner negro sobre blanco. Y así lo ha hecho. Ya está ultimado el listado de las principales demandas vecinales. Entre las prioritarias destaca el agua nuestra de cada día. «Debe buscarse ya una solución al abastecimiento. La ciudad no puede seguir dependiendo de que llueva porque en cuanto se van las nubes nos echamos las manos a la cabeza», indica José Alberto Iglesias. Los Presupuestos Generales del Estado 2018 recogen otros 8,7 millones para el trasvase de Portaje, pero no contemplan el final de la obra por la dificultad de cruzar el Tajo y el Almonte. El Ministerio de Fomento sigue sin ser partidario de que las tuberías se instalen en sus puentes de la A-66. La obra lleva cinco años parada y su coste total se calcula en 65 millones.

Existe otro problema con el abastecimiento: la aparición de plomo en el agua de la parte antigua por la existencia de antiguas acometidas de las que no se informó en su tiempo. Los barrios más tradicionales piden al ayuntamiento que también realice analíticas en sus viviendas porque se temen una situación similar.

En el día a día del ciudadano, el transporte público es otra preocupación fundamental. Los vecinos piden que se vuelva a abrir la mesa del autobús para trabajar en la mejora de algunas líneas. «Hay barriadas en las que tienes que utilizar otros transportes menos saludables porque no puedes depender del autobús, te arriesgas a quedarte en tierra», incide José Alberto Iglesias. La línea del Campus va muy saturada a horas punta, «no es de recibo la situación que se crea en el interior de los autobuses ni tampoco que los pasajeros se queden en las paradas». Además hay que estudiar el transporte hasta el nuevo hospital, «y sería bueno hacerlo por consenso, mantener la mesa del bus siempre abierta».

Precisamente, el hospital es otra de las grandes preocupaciones del movimiento vecinal, que insiste a la Junta en la necesidad de que licite cuanto antes la segunda fase para tener un complejo completo en el horizonte más próximo. Los vecinos, que se muestran encantados con las nuevas instalaciones de vanguardia, recuerdan que Sanidad se comprometió a licitar la segunda fase en el año 2019.

Hay otros asuntos que inquietan a la agrupación, como el abandono de la Ribera del Marco, donde ni el ayuntamiento ni la Confederación Hidrográfica del Tajo se ponen de acuerdo para su limpieza, pese a ser una zona histórica y muy significativa de la capital cacereña. También le preocupa la falta de limpieza y vallado de las parcelas urbanas, pese a la existencia de un bando municipal que lo obliga, para evitar peligrosos incendios próximos a las viviendas como el ocurrido el 7 de octubre en el Junquillo.

Pero además, los vecinos han decidido desarrollar sus propias iniciativas, entre ellas un proyecto ahora en gestación con entidades sociales para promover la inserción laboral de los desempleados de las distintas barriadas, que además ayudaría a personas con más dificultades a la hora de encontrar un trabajo (enfermedad mental, ludopatías...). El movimiento vecinal también proyecta un programa de acompañamiento a la tercera edad. «Hay barrios con muchos mayores que necesitan atención», explica Pedro del Carpio, vocal del colectivo.

Por último, la agrupación trabaja para acoger en Cáceres el congreso de la confederación nacional de asociaciones vecinales. En el ámbito local quiere fomentar la unión, por ejemplo con la próxima celebración de una convivencia de pedanías o la recuperación de fiestas tradicionales.