Pocas generaciones hay en España que no reconozcan al famoso muñeco. Los que fueron niños en los 70 recuerdan a los Famobil. Sea con el nombre que sea, los ‘clics’ han atrapado a los más pequeños durante décadas. Había Playmobil de lo que uno quisiera: bomberos, policías, astronautas, médicos, hasta cantantes de pop. Este año en Cáceres se convierten en un reclamo de lo más navideño y esos policías son hortelanos y los astronautas tampoco viajan a la luna y probablemente bajan a la arena entre los gladiadores. Hasta San José es un Playmobil. Todos ellos han sido cuidadosamente transformados para retroceder a la Palestina del siglo I y recrear en miniatura el nacimiento más singular de la ciudad que se puede visitar desde ayer en la Preciosa Sangre.

Algo más de dos meses han tardado ocho personas en disponer las 800 piezas que componen el belén, la mitad han sido donadas por vecinos en la campaña que inició en diciembre del año pasado la asociación belenista. El nacimiento recrea al detalle desde el portal hasta el recorrido de cada uno de los Reyes Magos: Melchor parte desde un castillo en Europa, Gaspar desde Oriente con sus campos de arroz y Baltasar desde un palmeral de África. Incorpora hasta guiños a la ciudad y San Jorge y el dragón presiden la montaña. El nacimiento, una de las principales novedades en la ruta de belenes que organiza por segundo año la asociación belenista, es el más grande de la ciudad, se extiende a lo largo de setenta metros cuadrados, y estará abierto al público hasta finales de enero de lunes a domingo de 10.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 19.30 horas.

La inauguración estuvo presidida ayer por la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado y estuvo presente el Obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, que bendijo el nacimiento, y el presidente de la Asociación Belenista, Jorge Rodríguez Velasco. Nevado ha destacado que las piezas utilizadas para la construcción de este nacimiento forman «son un tesoro de la infancia» que ahora sirven como «seductora forma de dar la bienvenida a la Navidad».