En China se chupan los dedos y en Arabia Saudí pagan lo que sea menester por tenerlas en su mesa. Las ciruelas, cerezas, higos y melocotones cacereños llegan hasta Hong Kong, Singapur, Brasil, Japón o Emiratos Árabes Unidos, entre otros muchos destinos de Europa, Asia y Suramérica. La provincia de Cáceres es ya una reconocida potencia en frutas de hueso por su excelente calidad, pero también se eleva el cultivo de otras variedades que tienen en los mercados exteriores una gran baza.

De hecho, Cáceres ha alcanzado los 470 millones de euros en exportaciones de todo tipo de productos, una cifra histórica que triplica la de hace dos décadas. Una de las principales partidas es precisamente la fruta. Las empresas cacereñas de este sector han llegado a realizar ventas a otros países por valor de 39,4 millones de euros durante el último año computado al completo (2017). De hecho, los fruticultores de la provincia enviaron fuera de las fronteras nacionales «20 millones de kilos de distintas variedades durante ese ejercicio», explica Víctor Grajera, responsable de Comercio Exterior de la Cámara de Cáceres y gran experto en el área. Los albaricoques, nectarinas, frambuesas, melones o sandías llegaron a 22 países.

La fruta ya es la quinta partida con más peso en el listado de las exportaciones cacereñas, según las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio, solo por detrás del tabaco (82,5 millones de euros), la carne (53,8 millones), las conservas vegetales encabezadas por la aceituna (50,4 millones) y los concentrados de tomate (48,2 millones) . La fruta gusta y se compra cada vez más porque, entre otras razones, se están imponiendo los principios de la dieta mediterránea, muy saludable ¿Y quiénes compran la fruta cacereña? El ‘top ten’ está encabezado con mucha diferencia por el Reino Unido, que se gasta anualmente 11 millones de euros en importar estos productos de la provincia (por tanto, ¡ojo a las consecuencias del Bréxit!). Le siguen Países Bajos (6,5 millones), Alemania (6,5 millones), Francia (3,3 millones), Portugal (3,1 millones), Italia (2,7 millones), Bélgica (2,4 millones), Dinamarca (1,8 millones), Suecia (338.000 euros) y Hong-Kong (273.999 euros).

SABROSA Y APRECIADA / La evolución del mercado de la fruta es tan favorable que muchos agricultores están reforestando sus tierras con árboles frutales, ya que el producto tiene una salida francamente buena. «Se han percatado de que el árbol frutal en su conjunto es muy apreciado, y de manera especial la fruta de hueso», subraya Víctor Grajera. Y ello porque la provincia de Cáceres tiene un microclima propio (ciertas horas de sol, determinado régimen de lluvias...) que se ajusta muy bien a las frutas de hueso, «y hace que los productos cacereños lleguen a los mercados nacionales e internacionales con muchísima calidad: tienen un calibre, una dulzura y una carnosidad tan buena que el cliente paga por ello», señala Víctor Grajera.

PARTIDAS ESTRELLA / Visto lo visto, las variedades de hueso son las que comandan las exportaciones. De los 40 millones de euros en frutas que Cáceres vende al mercado internacional, 23 millones se incluyen en esta partida ‘de hueso’ que engloba cerezas, albaricoques, melocotones o ciruelas. A su vez, las cerezas frescas lideran y copan prácticamente estas operaciones de comercio exterior, con 21,4 millones de euros vendidos en 2017, sobre todo a Reino Unido. Hay que añadir otros 10,1 millones de euros en cerezas conservadas provisionalmente con destino a Reino Unido, Alemania, Portugal, Bélgica o Países Bajos. «Como vemos, Reino Unido es un mercado muy importante para nuestros intereses. Hay que estar pendientes del Brexit. La posibilidad de que la libra se devalúe encarecería las exportaciones», matiza el especialista de la cámara. Además, Cáceres se ha convertido en la importante evolución en el canal de hostelería, restauración y catering, donde los frutos secos son hoy muy utilizados por los grandes chefs. La almendra marcona, la mejor, más cara y demandada en los mercados nacionales e internacionales, también se produce en Extremadura. La exportación de fruta se ha acelerado en los últimos tiempos. Antes solo lo hacían las grandes cooperativas, pero ahora se ha abierto el abanico: pequeñas agrupaciones agrícolas y empresas optan por salir directamente al mercado. «Lo que ocurre es que se trata de un producto ‘de volumen’ que necesita exportarse en grandes cantidades, de modo que quienes dan el paso deben tener capacidad de producción suficiente», precisa Víctor Grajera.

ALLENDE LOS MARES / Comerciar fruta con el exterior no resulta especialmente fácil: hay que tener en cuenta la propia caducidad del producto, que debe llegar al destino en óptimas condiciones, sin que se rompa la cadena de frío. Por eso las mayores ventas se cierran con Europa, el mercado internacional más próximo. Pero curiosamente Cáceres está operando con Asia cada vez con mayor fuerza. «Hace año y medio se abrió el protocolo con China para comerciar directamente y ya hay empresas extremeñas que mandan contenedores completos isotermos», explica Víctor Grajera.

También el Golfo Pérsico, gran consumidor de fruta, importa cada vez más cultivos que no puede obtener en sus desiertos. Otro país lejano que apuesta por las variedades cacereñas es Brasil, que al estar en un hemisferio distinto tiene diferentes campañas de recolección. Y en todo este mapa mundi de la fruta se produce una circunstancia realmente curiosa: «La provincia de Cáceres tiene variedades de hueso un poco más tempranas, de modo que consigue ser muy competitiva si llega antes que otras comunidades autónomas a los mercados internacionales y puede poner precios sin competencia», desvela el especialista de la Cámara de Comercio.