Los adolescentes se adentran el en universo de la red cada vez antes. Nueve de cada diez jóvenes de entre 14 y 16 años tiene perfil propio en alguna red social. Así lo indica un informe de Google, Fad y BBVA en el marco de una investigación sobre las tics y su influencia en la socialización de menores.

En el mismo documento aseguran que el 90% de adolescentes españoles disponen de dos a cinco dispositivos digitales propios. En primer lugar el smartphone, seguido por el ordenador y después la tablet. Las cifras se incrementan cuando aparece la palabra redes sociales. Un 92% de adolescentes de entre 14 y 16 años tiene perfil propio en alguna de ellas. La redes más utilizadas son Instagram y Youtube. Pero tampoco dejan atrás Twitter y Facebook. Eso sí, para el contacto diario con su entorno social prefieren Whatsapp.

La generación de nativos digitales «hacen uso de las redes para sentirse fundamentalmente integrados en el grupo», lo indica el informe y también los expertos. El psicólogo clínico del Área de salud Mental Infanto-juvenil de la zona de Cáceres, Javier Alonso de la Torre, establece que, de acuerdo a la legislación, un adolescente menor de 14 años no puede tener perfil en redes sociales y esto, «claramente se incumple». Aunque la responsabilidad de que haya niños en las redes no sea, «ni mucho menos» de los menores, sino de sus padres o tutores legales. Sin embargo, el factor que puede generar la libertad por parte de padres a hijos, en este aspecto, es el desconocimiento de las nuevas tecnologías, según De la Torre. «Sin que sirva como excusa», acuña.

La academia americana de pediatría ha analizado el uso de las pantallas y establece que «los menores de dos años nunca deberían estar expuestos a ninguna, ni mucho menos a la hora de comer», argumenta De la Torre. Los niños menores de 2 años «no deben si quiera ver televisión por mucho que se trate de programas educativos, sino interactuar con las personas de su alrededor», argumenta. La misma academia añade que el máximo tiempo que debe estar ante un aparato electrónico un niño de entre 2 y 5 años es de 30 minutos al día y «siempre» bajo la supervisión de un adulto

Entre los 5 y 12 años el tiempo estipulado es una hora diaria, sin dejarles solos. Lo que sin duda respalda el psicólogo de Cáceres. A partir de los 12, «el contacto con el mundo digital cambia, es muy favorecedor. En ese momento, están en pleno desarrollo y las nuevas tecnologías forman parte de su vida», relata. «Están fomentando la alfabetización en las tics, es muy importante. No hay que sustraerles de ese proceso ni mucho menos prohibirles nada. Pero hay que saber educar en la plataforma digital al igual que se hace en la calle».

Asimismo, el experto extremeño recuerda que el 78% de los adolescentes duerme junto al móvil. De ese porcentaje, un 33% recibe una alerta de madrugada. En este contexto, el psicólogo hace referencia a los problemas que tiene un adolescente a la hora de dormir y afirma que «los expertos hablan de una dificultad importante en el sueño de los menores por haber estado con el móvil, lo que afecta a la vida diaria, a la concentración y trae otras consecuencias graves».

La distorsión de la realidad es otro factor que desencadenan las redes sociales. El afán por conseguir seguidores, más común en los menores pero que también afecta a los adultos, relacionando el éxito y la popularidad con el número de seguidores o ‘Me Gustas’. En este campo, «también es necesario educar», insiste De la Torre. «Sobre todo hay que dejar claro que en una red social las publicaciones muestran lo mejor de uno mismo», sentencia.

Las pautas

Javier Alonso afirma que «un menor no debería tener un móvil hasta tener la libertad de salir solo de casa». Lo conveniente a la hora de entregar un teléfono a un niño es realizar «un pacto» con él por adelantado. Llegar a un acuerdo, incluso por escrito, y establecer normas. Por ejemplo, «a partir de una hora hay que apagarlo; en la comida no se coge, etcétera». Igualmente, es necesario que el menor sea consciente de que en «cualquier momento, uno de sus padres puede acceder al móvil con total libertad. Siempre decimos a nuestros hijos que tengan cuidado cuando salen a la calle, conocemos con quiénes van, cómo tienen que ser de educados, respetuosos..., pues con la plataforma digital es necesario hacer lo mismo». Educar sobre qué hacer y qué no. «Uno de los puntos que hay que dejar claro es que de la misma manera que no pueden relacionarse en el mundo real con desconocidos tampoco es posible en la red».

Teléfono para la comunión

El sacerdote y director técnico del Colegio Mayor San José de Cáceres, Fernando Alcázar, también habla para EL PERIÓDICO. Tiene una visión que se asemeja a la del psicólogo. «Los adolescentes y las redes sociales son una mezcla peligrosa si no hacen un buen uso de las mismas», afirma. El regalo estrella de las comuniones es un teléfono móvil, algo que Alcázar no comparte. «Les digo a las familias que no es beneficioso para niños de 10 años, tienen que relacionarse». Asimismo, asegura que «el mejor amigo de los menores es el móvil y no puede ser así». Los adolescentes se aislan del resto y centran su atención en el teléfono. El mal uso de las redes sociales trae sus consecuencias, así lo entiende el sacerdote al considerar que «muchos casos de acoso surgen en la red; los menores no son conscientes del peligro a través de la pantalla. Lo ven lejos, pero está cerca». Por otro lado, reitera que el valor que se le da a los likes crea «traumas» a pesar de estar alejados de la vida real. Con todo, aconseja que la primera obligación es que las familias se formen sobre las tics y redes sociales antes de dejarlas en manos de un menor.

A su juicio, la edad a la que un adolescente «podría tener un móvil y, por lo tanto, perfil en redes sociales», es entre los 16 y 17 años. «Siempre y cuando cuenten con la psicología necesaria para ello». El momento en que un menor puede tomar decisiones por sí solo y no son tan influenciables «debería coincidir -estima- con su primer teléfono móvil».

Desde las aulas

En 4º de Primaria los menores ya tienen móvil. En ese momento aparece la curiosidad por las redes sociales. En el colegio están «totalmente prohibidos», indica Susana Sánchez, una de las directivas de la Ampa del Colegio Moctezuma de Cáceres. El curso pasado surgió en el centro una iniciativa para informar a los padres y tutores legales sobre la conciencia de la presencia de menores en redes sociales, algo que Sánchez considera necesario. Un inspector de la policía local, de manera desinteresada, acudió a darles una charla para informar sobre la prevención que deben llevar a cabo las familias de niños de 5º y 6º de Primaria, cursos previos a la ESO, a la hora de que los menores se vayan a crear un perfil propio en alguna red social.

«Es cierto que a esta edad no manejan redes sociales, pero en 1º de la ESO sí, por ello hay que conocer previamente los pros y contras», apunta. La Ampa del colegio la gestionan entre siete personas, gracias a ellas fue posible que se realizara esta tertulia informativa para poner en conocimiento el alcance de las redes sociales y las consecuencias que puede conllevar el tener contacto con las nuevas tecnologías a una edad tan temprana. «Primero es necesario una formación de los padres antes de que los niños se adentren en la red», concluye.