Compró, junto con otras personas que no han sido identificadas, 10 kilos de hachís en la provincia de Cádiz. Su objetivo era venderlo ellos mismos o a terceros, pero en el traslado les interceptó la Guardia Civil. Habían planificado que el traslado de la droga se haría simulando un viaje, por lo que el hachís lo habían introducido en una maleta que llevaban en el interior del maletero. Circulaban en un vehículo que habían pedido prestado cuando en la autovía A-66 se encontraron un control rutinario de la Guardia Civil. Intentó disimular entregándole a los agentes un pequeño trozo de hachís que llevaba en un paquete de tabaco. En cambio, debido a su nerviosismo, la Guardia Civil decidió registrar el coche encontrando la droga. El hachís habría alcanzado un precio en el mercado de 55.229 euros. Se ordenó su ingreso en prisión tras los hechos. Acaba de ser condenado a tres años de cárcel así como al pago de una multa de 100.000 euros. La sentencia ya es firme.