El 25,54% de los jóvenes cacereños ha realizado, al menos una vez, apuestas deportivas, tanto en salones como online. Aunque su preferencia son los locales (casi el 52% apuesta en los salones frente al 25% que lo hace por internet). Así se desprende de un informe elaborado por el Consejo Local de la Juventud de Cáceres, que ha realizado una encuesta entre 1.011 personas de entre 14 y 30 años (en Cáceres hay 24.400 jóvenes dentro de ese rango de edad).

Para desarrollarlo han utilizado el denominado ‘cuestionario psicológico’, con 35 preguntas, a través del que se busca medir la dependencia del juego tanto de sujetos que empiezan a tener problemas con el mismo, como en pacientes adictos que están en rehabilitación. Según este estudio el perfil del jugador de esta ciudad tiene entre 21 y 23 años, invierte principalmente en casas de apuestas deportivas durante los fines de semana y junto a su grupo de amigos. Gasta una cantidad de unos 6 euros de media, sobre todo para cubrir sus necesidades económicas, aunque también para evitar ser rechazado por el resto del grupo.

No todos invierten en apuestas deportivas. De hecho no son las más utilizadas, aunque el 73,28% de los encuestados manifestó que había jugado al menos una vez por dinero, teniendo en cuenta en este caso todas las modalidades de este tipo de juegos, como pueden ser la lotería, las quinielas o las máquinas tragaperras, entre otros.

Llama la atención que el 15,46% de los que participaron reconoció ser jugador habitual, es decir que lo hace al menos una vez a la semana; el 75% en apuestas deportivas. De ellos, uno de cada diez presenta «rasgos preocupantes», que podrían terminar en una ludopatía a medio plazos. El 24,6% son menores de entre 14 y 17 años, a pesar de que en estas casas de apuestas está prohibida la entrada a menores de 18 años. Muchos manifestaron que han conseguido apostar por mediación de un adulto (el 47,36%) y otros utilizando el carnet de un mayor de edad, ya que en estos locales no se realiza un reconocimiento visual; hecho que ha podido ser constado por equipo que realizó el estudio, que ha analizado asimismo las casas de apuestas in situ.

Eso sí, la mayor parte de estos jugadores habituales tienen entre 21 y 23 años, en concreto el 29,30%. Y otro dato importante: el 66,7% dice que conoce a alguien que tiene problemas de ludopatía, la mayor parte de ellos se trata de amigos o de compañeros de clase.

14 salones en la ciudad / El estudio se lleva a cabo tras la preocupación que existe entre los padres y la comunidad educativa por la proliferación de estas casas de apuestas cerca de los centros escolares. En la capital cacereña hay en activo actualmente catorce (el doble que hace un año) y al menos otra está pendiente de abrir. En cambio, según este informe, solo el 6,19% de los que reconocieron ser jugadores habituales apuesta en los salones cercanos a su colegio o instituto y solo un 10% confiesa haberlo hecho en horario lectivo. La mayor parte apuesta en salones cercanos a su zona de ocio (23,89%) o de su casa (22,12%) y los fines de semana (60,14%).

«No obstante este hábito no significa que la proximidad de las casas de apuestas a los colegios no tenga otro tipo de incidencia a nivel psicológico, como podría ser familiarizarlos y normalizar la cultura de la apuesta deportiva entre ellos», señala el coordinador técnico del Consejo Local de la Juventud, David González.

Por contra, de este estudio se desprende también que las apuestas deportivas no son la modalidad de juego más usada entre los jóvenes. De hecho se sitúa en sexto lugar, con una incidencia del 22%; por detrás de la lotería (36%), la quiniela (35%), el bingo (34%), las tragaperras (30%) y las cartas (28%).

Por último, los jóvenes encuestados manifiestan estar informados sobre los problemas que entraña el juego: El 93,12% aseguró tener conocimiento de que puede crear adicción y el 31,91% no volvió a apostar ante el riesgo de que, a la larga, se acaba perdiendo (de hecho el 93% de los que apostaron perdieron dinero.) El 61% no sintió remordimientos cuando apostó, pero casi el 85% se cree capaz de dejarlo cuando quiera. Invierten cantidades no superiores a los 10 euros y muchos aprovechan los bonos regalo que les entregan en estos locales para captarlos. La mayor parte suplanta identidades para conseguir otra vez estos bonos.

La mayoría (el 43%) nunca se lo contó a sus padres; aunque una parte de los que sí lo hicieron (38%), sus progenitores mostraron indiferencia o incluso les animaron a seguir haciéndolo.

73% reconoce haber apostado dinero alguna vez

93% perdió lo invertido

42,8% tiene amigos con problemas de juego

33% de los menores accede a las salas sin problema

93% es consciente de que se puede crear una adicción