La calle Alzapiernas de Cáceres ha recuperado el tránsito de peatones tras la apertura el viernes de la plataforma que se ha construido de forma provisional para facilitar el acceso desde la calle Parras a la calle Moret, para estas semanas en las que la ciudad congrega a numerosos visitantes con la celebración de la Semana Santa, San Jorge, la bajada de la Virgen y el festival Womad.

De hecho, una vez que pase el certamen musical, que se celebra del 9 al 12 de mayo, se retomarán las obras de instalación de la escalera mecánica en esta vía, que es la principal entrada de turistas a la parte antigua y que ha sufrido numerosas incidencias desde su comienzo con paralizaciones de los trabajos y las consiguientes protestas de los comerciantes y empresarios de la zona.

Así, se espera que puedan estar concluidas en verano, según ha señalado la alcaldesa Elena Nevado, que añade que esas fechas son "menos molestas" tanto para el comercio como para los turistas.

El sobrecoste de la obra, que ha ascendido a poco más de 25.000, se ha financiado con el "fondo de emergencia" porque ha respondido a una necesidad que puso de manifiesto la Junta de Seguridad Local que se encarga de velar para que no haya incidencias en los eventos de la ciudad.

Nevado ha vuelto a incidir en que lo importante es "garantizar la seguridad" y ha restado importancia a la polémica que surgió el viernes con la instalación de las barandillas laterales, lo que provocó quejas de los negocios colindantes porque consideraban que afectaba al acceso a sus escaparates.

"Hubo una cierta polémica que se solventó en la misma mañana", ha recordado la regidora que añade que esa vía de evacuación se ha abierto para no perjudicar ni a los turistas ni a los comerciantes en estas fechas de gran afluencia de visitantes a la ciudad.

Además, ha asegurado que estuvo en "contacto personal" tanto con la empresa como con los afectados y "lo bueno" es que, al final, se abrió la calle. También ha aclarado que ha sido la empresa la que ha elegido el color de los peldaños, que han sido pintados de rojo y amarillo, emulando la bandera de España.

"Para mí también fue una sorpresa cuando lo vi", ha bromeado, al tiempo que aplaude que la apertura de la calle haya sido acogida de manera positiva por los ciudadanos. No obstante, reconoce que el plazo de la obra era acabar el 1 de abril pero ha insistido en que "por razones ajenas a la empresa y al ayuntamiento no ha sido posible", por lo que el objetivo ha sido "intentar paliar los problemas que han surgido".