«Un buen día el Sol, que es muy glotón, se empacha de mandarinas y empieza a llorar esta fruta. La situación se desborda y la Luna, la única que puede hacer que se detenga, se desentiende. Ahora solo puede ayudar un niño que elija ser protagonista, junto con Fangüi, un amigo mitad elefante, mitad pingüino y algo torpe, a que estos dos personajes resuelvan sus conflictos y se hagan amigos». Esta es la trama de un cuento en el que el protagonista puede ser cualquier niño que lo desee y además cuenta con un audio que narra la historia. Esta idea emprendedora con el nombre de Babaland le surgió a Javier Marcos, un joven cacereño de 26 años, que estudió Economía y Derecho en Madrid, después trabajó en la capital en una consultora financiera, pero hace un par de años decidió que «no le llenaba lo suficiente» y que lo que realmente quería era aventurarse a crear una empresa. El emprendimiento empezó a ser parte de su vida en los últimos años de carrera y decidió hacer un estudio de mercado para abrir un negocio.

Finalmente su empresa nació de una conversación con su madre. A raíz de que en su trabajo apreció que algunos compañeros apenas tenían tiempo de contarle cuentos a sus hijos, algo que él recuerda con cariño de su infancia. «Mi madre me contaba cuentos inventados en los que yo era el protagonista», relata. Por lo que pensó en hacer más fácil que todos los niños pudieran escuchar esos cuentos que los padres no tenían tiempo de contarles y que al mismo tiempo fueran ellos los personajes. Un negocio innovador que «no existe en ningún lado de España», y con otra premisa, la de fomentar la lectura infantil.

La entidad aprovechó la Feria del Libro de Cáceres para presentar su producto. «Lo hichimos porque era algo bonito y significativo, ¿qué mejor que la muestra para darnos a conocer?», cuenta. Y es que, el cacereño asegura que desde que le surgió la idea pensó que quería intentar contribuir en su ciudad a pesar de que el mercado sea online. «A uno siempre le gusta regresar a sus orígenes», recalca. Igualmente señala que «está en nuestra mano --la de los jóvenes-- generar valor y riqueza a la ciudad. No porque seamos un lugar generalmente turístico tenemos que darle la espalda a otras opciones».

Ahora Babaland está creando otra historia a la que poder ponerle protagonista. Hace poco más de una semana empezaron a empaquetar sus primeros pedidos, tras que una imprenta cacereña «de toda la vida» les haya producido los ejemplares. En un futuro Javier tiene la idea de contar con más cacereños en su equipo y hacer llegar los cuentos a todos los lugares que pueda. Eso sí, desde Cáceres.