Comencé a ejercer el periodismo local en mi ciudad cuando Carlos Sánchez Polo gobernaba Cáceres, el político socialista del que hoy tanto se habla porque desde entonces, es decir, desde el 10 de junio de 1987, el Partido Socialista no había vuelto a ganar unas elecciones en la capital cacereña, eterno feudo de la derecha hasta que la noche del pasado domingo Luis Salaya invirtió la tendencia.

Sánchez Polo vivió su juventud en una ciudad levítica y conservadora, donde no había bailes porque el obispo no los permitía, pues monseñor era una autoridad tan determinante que hasta hizo un cine sin puerta de emergencia y un edificio que superaba los límites de altura. Menos mal que en Cáceres se bailaba en las bodas, en aquel Cáceres de la acera del Cánovas más distinguido o de las barras del Avenida donde la gente se situaba a un lado u otro en función de su posición social.

La alacena de Nani: Nani Borrella ha abierto en el número 3 de la avenida de Portugal su alacena. Allí encontrarán un amplio surtido de exquisitos productos a granel: legumbres, pasta, harina, semillas, esencias, hierbas aromáticas, sales, quesos, dulces, infusiones y pan.

Dejó Carlos la ciudad para irse a Madrid a iniciar su carrera gracias a la beca Floriano Cumbreño que convocaba la diputación. Hizo la tesina, el doctorado, y comenzó como profesor de cursos para extranjeros en el colegio de monjas francesas Hijas de la Sabiduría. En un simposio sobre literatura le surgió la oportunidad de marcharse tres años a Puerto Rico. Ansioso por volver a España, abandonó el país al encontrar trabajo en la Universidad Laboral siendo jefe de estudios del centro Jaime Naranjo. Sánchez Polo ingresó en el PSOE en 1978: fue director provincial de Educación, vicepresidente de la Junta, diputado en la Asamblea, director territorial, aunque Cáceres lo recordará especialmente por su labor al frente de la alcaldía entre 1987 y 1995.

El entonces alcalde vivió como un milagro el día que desde el balcón municipal avistó en la plaza Mayor la efervescencia del Womad, la noche en la que 30.000 personas abarrotaron el Príncipe Felipe durante el concierto de Dire Straits, la madrugada en la que Cáceres se rindió a la magia de Sting, aquel Cáceres tan sorprendente y diverso, tan distinto al Cáceres del Avenida.

En el mandato de Sánchez Polo, y con apoyo de la Junta, Cáceres recibió al festival multiétnico del Womad. También durante esos años Cáceres vería a su equipo de baloncesto en la liga ACB. Fue un 10 de mayo de 1992. A este ascenso se han ido sumando padres aunque a decir verdad esa criatura tuvo pocos progenitores. ¿Y cómo empezó todo? Un día, yendo al ayuntamiento y estando al frente del conjunto el futuro presidente de la Federación Extremeña de Baloncesto, Jesús Blanco Morales, los verdinegros contaron a Sánchez Polo las dificultades que atravesaban. El alcalde no tardó en llamar a José María Bermejo y con la ayuda de personas como Eduardo Chacón, los dueños del Tambo, o Ángel González el club inició el camino para alcanzar su mayor gesta.

Sánchez Polo gobernó, eso sí, con el respaldo de Extremadura Unida y de su concejal Luis Miguel Rubio. Quiere decirse que en Cáceres, históricamente, el PSOE ha precisado de pactos para poder mantenerse en la alcaldía. El 18 de mayo escribí en este diario un artículo titulado ‘Coqueteos’, ilustrado con una fotografía en la que se veía a Luis Salaya charlando afablemente con el líder de Ciudadanos, Francisco Alcántara. Hablaba el reportaje de la necesidad que Salaya tendría de llegar a acuerdos porque aun ganando los comicios, los datos siempre situaban a su partido a las puertas de la cima del plenario.

Informaciones contrastadas

Saben ustedes que pese a que el periodismo y la política no casan bien con las amistades, es inevitable establecer empatías con algunos dirigentes. Pues bien, a uno de ellos, socialista al que profeso gran afecto, no le gustó el relato y poco tardó en enviarme el siguiente watssap: «¿Esta información está contrastada o es que ‘te lo han dicho’? Con todo el respeto que te tengo, no es nada serio, además de nada veraz». Evidentemente si alguien te tiene estima nunca pensaría que la veracidad te la pasas por el forro, mas al contrario repararía en que la experiencia es un grado y que los periodistas, en muchísimas ocasiones acertados, somos notarios de la realidad y, por tanto, conocedores de ella frente a quienes prácticamente acaban de aterrizar en política y a veces disponen de una visión menos extensa de la idiosincrasia cacereña.

Es, por otro lado, bastante obvio que solo el tiempo es el que ha demostrado que esa noticia dio en el clavo y que la foto que la acompañaba era el vaticinio de lo que está ocurriendo desde el pasado domingo: que Salaya necesita a Ciudadanos para gobernar. Dicho esto, quien debe ser alcalde de Cáceres es, indudablemente, el candidato del Partido Socialista, porque es el más votado. Pero la democracia tiene esto: que puede que Ciudadanos, PP y Vox sumen y desbanquen a Salaya de su más que ganada aspiración. Que ya pasó, aunque a la inversa, con Carmen Heras, es decir, las elecciones las ganó José María Saponi, en ese momento aún alcalde del PP, pero un acuerdo con Izquierda Unida y Foro Ciudadano elevó a Heras al sillón consistorial.

Sería una lástima que la formación naranja acabara flirteando no ya con el PP sino con Vox, en las antípodas de los que firmemente creemos en la tolerancia. Ahora nuestros políticos tienen la oportunidad de demostrarnos si dejarán, como siempre debería ser, que gobierne la lista más votada. No habría duda de que la responsabilidad de ejercer el poder recae en la fuerza que ha obtenido el mayor número de votos. Lo que no tiene sentido es que un cúmulo de formaciones perdedoras, una de ellas con una representación marginal e incluso con idearios opuestos, se pongan de acuerdo con el único objetivo de evitar que gobierne el partido más votado. Merece la pena intentarlo, pero la decisión, en última instancia, depende en este caso de Ciudadanos. ¿Qué pasará en Cáceres, es cierto que Cayetano Polo, líder de Ciudadanos, aspira a la presidencia de la Asamblea de Extremadura y finalmente un acuerdo con el PSOE regional para la gobernabilidad del ayuntamiento pasa por este extremo? La rumorología se extiende, pero está claro que un mando con el mismo signo político en la Junta y en el consistorio, en este caso socialista, sería beneficioso para Cáceres; un gobierno nuevo, renovado y un PP, que siendo sensatos, debería estar cuatro años en la oposición para reciclarse convenientemente después de su más que evidente desgaste (ha perdido nada menos que cuatro concejales con respecto a las últimas municipales).

Entretanto, y más allá de la política, la vida sigue en nuestra ciudad. Los invitados a la fiesta de cumpleaños del empresario Roberto Carrón en el recinto ferial disfrutaron de lo lindo, ahora que estamos en plena feria de San Fernando, con concierto de Melendi esta noche en el Hípico. Me ha gustado la iniciativa de bajar el volumen de las atracciones en beneficio de las familias con niños con autismo que no podían acudir al recinto debido al excesivo volumen. Es de recibo que entre todos consigamos una ciudad más inclusiva.

Llegué tan relajado a Cáceres tras mi paso por el ferial, que entré en La Alacena de Nani, un negocio que ha abierto Nani Borrella en el número 3 de la avenida de Portugal. Es una alegría que establecimientos de este tipo den tanta vida a la ciudad y más que lo haya hecho Nani, que como tantos otros fue una de las afectadas por el cierre del Eroski, después de 21 años trabajando en el hipermercado. Así es la subsistencia, plagada de injusticias. Afortunadamente Dios aprieta pero no ahoga, Nani se reinventó y hoy es un ejemplo de emprendedora. En su alacena encontrarán una delicia de productos a granel: legumbres, pasta, harina, semillas, especias, hierbas aromáticas, fidegua, risotto, sales, quesos, dulces y pan. Compré una infusión y mientras la preparaba a fuego lento en casa pensaba: han pasado 32 años desde que Carlos Sánchez Polo llegara a la alcaldía. Ahora, por ética y por justicia, le toca a Salaya, que está legitimado para intentarlo.