Las fechas sobre previsiones dadas ayer por el director ejecutivo de la empresa son que en el primer semestre de 2020 esté el estudio definitivo de viabilidad y que en 2021 se pueda empezar con la construcción y excavación, mientras se seguirá con la tramitación de las autorizaciones administrativas, escollo que ahora tiene la actuación. En 2023, tras los dos años de las tareas de construccion, ya se estaría con el proceso industrial en la planta de extracción de hidróxido de litio. El proyecto moverá 53,3 millones de toneladas de mineral y tierras para una producción final de 357.015 toneladas de hidróxido de litio

Una de las modificaciones planteadas afecta a la restauración de la corta, la mina a cielo abierto. Es una de las cuestiones más conflictivas de la actuación y que más dudas ha generado. En la idea inicial se proponía su llenado con agua, sin que la misma llegase al nivel de cota de superficie. En la modificación presentada ayer se proponen otras alternativas, como la construcción de un auditorio próximo a la lámina de agua. Ledoux insistió ayer en que no hay una idea cerrada y que la misma saldrá del diálogo con los agentes sociales y las instituciones competentes.

GASTO DE AGUA / Otra de las cuestiones que ha suscitado más controversia es la utilización de agua en el proyecto, en especial teniendo en cuenta el deficiente abastecimiento que se tiene de agua en la ciudad y la necesidad de preservar el acuífero del Calerizo. En la documentación que se aportó ayer se detalla que el agua que se utilizará en el proyecto vendrá «de dos fuentes», una es el agua reciclada procedente de la estación depuradora de aguas residuales que está en la carretera de Torrejón, la otra es agua reciclada de los relaves «y recirculada del proceso a través de su purificación». En el proyecto se contempla la «construcción de una planta de ósmosis inversa para purificar el uso de agua reciclada en un circuito cerrado».