Cáceres se queda sin solución para mejorar su abastecimiento de agua

El ministerio informó ayer a este diario de que la empresa constratista, una Ute que constituyeron Sando y Befesa, solicitó el pasado mes de agosto la resolución del contrato y que ya se ha iniciado el expediente. Y detalló el proceso a seguir, que se prolongará meses: es preciso que informe la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que se dé audiencia al contratista, que resuelva el Consejo de Obras Públicas y el Consejo de Estado para que finalmente sea el Consejo de Ministros el que autorice la resolución.

La información del ministerio es una respuesta a preguntas de este diario sobre si ya se había encontrado una solución al paso de la conducción desde Portaje de los ríos Tajo y Almonte, que era el principal inconveniente de la obra, y si no era así si se iba a desistir del trasvase de agua desde Portaje por su coste o inviabilidad. En la contestación no se dice de forma expresa que ya se haya desistido del trasvase de Portaje, pero la renuncia de la empresa al contrato y el tiempo transcurrido, ya son más de catorce años, evidencian que Cáceres se queda sin este trasvase, que en 2005 se presentó como la solución definitiva al abastecimiento, ya que la toma de Portaje se completaba con otra en el Gabriel y Galán.

¿Qué pasará a partir de ahora? El ministerio remitió ayer en su respuesta a la CHT que «en el marco de elaboración de los planes hidrólogicos del siguiente ciclo, que tendrán que ser aprobados en 2021, está analizando las distintas alternativas». Es decir, hasta el 2021. La Confederación no contestó ayer a las preguntas de este diario sobre sus planes para el abastecimiento de Cáceres.

El contrato se adjudicó en 2007 por un importe de 40,4 millones de euros. Después se hizo un modificado y un proyecto de obras complementarias que incrementaron en 20 millones su coste.

ANTECEDENTES / En el cuadro adjunto -cronología- se explican las principales fechas de esta obra desde 2005. Pero para entender mejor la situación actual hay que partir de 1971, cuando entra en servicio el Guadiloba, un embalse que ya nació pequeño. En 1992 la situación era tan crítica que hubo que hacer un trasvase de urgencia para traer agua al Guadiloba desde una toma en el Almonte, que coge el agua de la cola del embalse de Alcántara. En 2002, la CHT ya presentó el primer documento para las obras necesarias que garantizasen el abastecimiento a la ciudad y se planteó una presa en el Almonte o el Tamuja. Pero en 2005 la declaración de impacto ambiental del proyecto de regulación del río Almonte enterró la presa tanto en el Almonte como en el Tamuja. Fue entonces cuando se propuso trasvasar el agua desde Portaje con una toma del embalse de Gabriel y Galán por si fuera necesario aumentar la capacidad. El trasvase desde Portaje iba a ser la solución definitiva.

A día de hoy del trasvase de Portaje solo se sabe que la empresa que lo tenía que terminar ha renunciado y que la solución de emergencia que se hizo en 1992 es con la que hoy se sigue abasteciendo la ciudad. Ese trasvase de agua desde Almonte (embalse de Alcántara) al Guadiloba no es una solución que dé todas las garantías. La prueba es lo que pasa estos días, en los que se está manteniendo ‘con pinzas’ su cota por encima de la 194 (ayer hasta las 20.00 horas osciló entre la 194,01 y la 194,02). Si se baja de ese nivel, Cáceres entra en prealerta de sequía; y si baja a la cota 192, Cáceres se queda sin trasvase del embalse de Alcántara y con el agua que ahora hay en el Guadiloba solo habría suministro para unos diez meses.

Desde el ayuntamiento se confirmó ayer que en breves fechas se pondrá en marcha una campaña de ahorro de agua.