No nos planteamos ninguna otra alternativa que no sea Cáceres», dijo ayer el director de la Fundación Lumbini Garden, José Manuel Vilanova, minutos antes de embarcar a Nepal, donde una delegación encabezada por el alcalde, Luis Salaya, quiere cerrar un acuerdo para instalar en la ciudad el mayor centro budista del mundo. Vilanova recordó que en su momento Barcelona, Málaga y varios países asiáticos (no especificó cuáles) estaban interesados en este proyecto tras el rechazo al mismo del gobierno de Madrid y después de que el ayuntamiento de la exalcaldesa Manuela Carmena lo hubiera aceptado. Así las cosas, parece que la opción cacereña tendría todas las posibilidades para albergar el macroedificio.

Acompañado por la consejera de Cultura de la Junta de Extremadura, Nuria Flores; la directora general de Acción Exterior, Rosa Balas; el concejal de Turismo, Jorge Villar, la empresaria cacereña Pilar Acosta y el propio Vilanova, el alcalde ha iniciado un viaje de cinco días al país para firmar el protocolo de hermanamiento con el Ayuntamiento de Lumbini, ciudad donde nació Buda. que al igual que Cáceres es Patrimonio de la Humanidad y cuyo alcalde es Manmohan Chaundhary. Este es el primer paso para construir el centro budista en una parcela aún por determinar.

Se trata de una visita institucional que culminará el próximo sabado y en la que el regidor municipal mantendrá un encuentro con el primer ministro nepalí y con varios ministros de su gabinete. También se citará con los alcaldes de seis municipios vinculados con la vida de Buda.

Ese protocolo de hermanamiento incluye varios objetivos, el más importante es la construcción del centro budista, cuyo edificio y entorno estaría financiado íntegramente por iniciativa privada, una inversión asiática de 25 millones de euros. La principal fuente económica sería Alice Chiu, empresaria y benefactora mundial y una de las mayores fortunas de Hong Kong.

Cáceres debería realizar una cesión de uso, no de propiedad, de suelo rústico. Ese inmueble constaría de una estructura de templo budista, que albergaría parte de las reliquias de Buda cedidas por el Ayuntamiento de Lumbini, una estupa de paz central, una estatua de Buda de 40 metros (la más alta del planeta), jardines, un monasterio con 20 habitaciones para monjes budistas, comedor y tienda de artesanía, librería y biblioteca, sala de yoga, punto de información e instalaciones propias representativas de distintos países asiáticos a modo de pequeñas embajadas.

Pero, además, el protocolo de hermanamiento incluye otros puntos como la ayuda al desarrollo, la promoción turística y cultural y la canalización de inversiones. Tras la firma de dicho documento, resulta imprescindible que el pleno de Cáceres lo apruebe con la unanimidad de todos los grupos políticos para que el proceso de levantar un centro budista se inicie. Vilanova apuntó ayer que la previsión es que lo largo de este año se culmine el proceso administrativo (elección de suelo, licencias, etcétera) y que a principios del año que viene comience a construirse.

EN EL MAPA / El alcalde, Luis Salaya, dijo ayer antes de tomar el vuelo desde el aeropuerto de Barajas, que la construcción del complejo en la ciudad la situaría «en el mapa» internacional, porque se convertiría en un «referente mundial de paz y multiculturalidad».

La apretada agenda institucional comenzará hoy a las tres de la tarde (hora local, cinco horas más que en España), en Kathmandú, donde Salaya se reunirá con el presidente de la Asamblea Nacional de Nepal, Ganesh Prasad Timilsina. El jueves a las nueve participará en el encuentro con el alcalde de Bharatpur, Renu Dahal. Posteriormente, a las 11.00, asistirá a la cita con el ministro de Juventud y Deportes del Gobierno de Nepal, Jagat Bishwakarma. A las 12.00 acudirá a la reunión con el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Nepal, Pradio Gyawali. Igualmente todo apunta a posibles encuentros con el equipo del maestro budista Rinpoche Shyalpa, quien lidera la iniciativa, y Madame Zhao, la gran impulsora del proyecto desde Hong Kong.

Por su parte, la primera teniente de alcalde, María José Pulido, señaló que «este gran proyecto ofrece la posibilidad de redimensionar el compromiso de Cáceres en el mundo». «Estamos dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscando alianzas que permitan el intercambio cultural y la difusión de valores tan importantes como la tolerancia y el respeto», concluyó. En un primer momento, estaba previsto que el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, acudiera al viaje, algo que finalmente no se ha producido.