La concejala de Cultura, Fernanda Valdés, sorprendió ayer con unas declaraciones en las que al valorar el Carnaval cacereño obvió a las Lavanderas y la quema del Pelele, la que es sin duda la tradición más señera, distintiva y que mayor número de seguidores congrega. Una costumbre rescatada a comienzos de los años 80 por el Aula de la Tercera Edad de la Universidad Popular de Cáceres de la mano de Concha Dochado y Fernando Jiménez Berrocal, y que ha sido la única escena carnavalera de la capital que no ha perdido un ápice de público.

La edil obvió este importante detalle y se centró en el resto de actividades. Tampoco hizo autocrítica ante el notable descenso de grupos en el desfile. Si en 2016 y 2017 se contabilizaron 20 agrupaciones, este año ha habido 11. A juicio de Valdés, algunos de ellos eran mucho más numerosos que en ediciones anteriores. «Y lo más importante -dijo- le han puesto muchas ganas».

Y añadió: «Al final unos eventos sirven para revitalizar otros», después de que algunos de los participantes hayan manifestado ya su interés en participar también en la Cabalgata de Reyes del próximo año.

Igualmente la concejala aseguró que desde la organización de la carpa han valorado que el apostar por la celebración del Carnaval desde el sábado por la tarde «ha sido un acierto, con mucha afluencia de gente», aunque no aportó cifras.

Valdés justificó que los días que no ha habido programación en la carpa, «las asociaciones de vecinos han organizado sus propios carnavales». En cuanto al desfile, echó mano de las Ampas, que al final son las que lo mantienen vivo. Desde la organización han valorado «que los grupos iban a buen ritmo, con coreografías que mostraban bien la elaboración de los trajes».

Eso sí, desde la Concejalía de Cultura y Festejos se ha convocado una reunión para la semana que viene «para profundizar en la evaluación de este Carnaval entre todos y realizar propuestas de mejora para futuras ediciones, entre las que se barajan incorporar de nuevo el concurso de murgas». El ayuntamiento ha invertido este año 28.524 euros en una fiesta que en Cáceres año tras año va perdiendo fuelle.