Otro desencuentro entre Catelsa y los trabajadores obligará a dirimir los despidos previstos en el juzgado. La situación se remonta al inicio de la crisis sanitaria. En el mes de abril la empresa presentó un primer Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectaba a la totalidad de la plantilla, a algunos con suspensión de contratos hasta el vencimiento del expediente y a otros con reducción de jornada. Entonces los empleados aceptaron la propuesta de la empresa al encontrarse el país en Estado de Alarma y, como consecuencia, la producción de esta multinacional estaba prácticamente paralizada.

El ERTE se firmó hasta el 30 de junio; sin embargo, una vez finalizado este, Catelsa anunció que presentaría un segundo expediente, en esta ocasión con vigencia hasta el mes de diciembre. Esta vez, además de reducciones de jornada para los empleados, la empresa anunció la pretensión de despedir a unos 50 trabajadores, lo que supone un 20% de la plantilla (cabe recordar que Catelsa es actualmente la empresa más grande la ciudad, con 250 empleados en activo). La plantilla lo rechazó porque considera que las circunstancias actuales no justifican un expediente de estas características.

Mantuvieron varios encuentros con la empresa para alcanzar un acuerdo, pero no lo lograron. El último de ellos fue ayer, cuando se llevó a cabo un acto de conciliación al que no se presentaron los responsables de Catelsa, por lo que la negociación continúa sin consenso. Antes, el 17 de julio, se celebró una mediación en la Inspección de Trabajo, a la que sí asistió la multinacional pero en la que tampoco se acercaron posturas. Los empleados plantean dos condiciones indispensables para comenzar a dialogar: El compromiso de no despedir a nadie y que Catelsa facilite un plan de viabilidad de cinco años, para asegurar su mantenimiento al menos durante ese periodo. La empresa, según indican los sindicatos, se niega a proporcionar este proyecto de viabilidad.

El trámite a seguir ahora será la presentación de una demanda en los juzgados para exigir que se deje sin efecto el segundo ERTE presentado, que es el que incluye el anuncio de los despidos. En estos momentos el expediente está en vigor porque Catelsa lo llevó a efecto de manera unilateral, aun sin haberse consensuado con los representantes de los trabajadores. No obstante, por el momento no se han materializado los despidos; sí las reducciones de jornada, que van desde el 30 al 70%.

La denuncia la presentarán las centrales sindicales CGT y CCOO, UGT se mantendrá al margen de esta negociación. Una vez que se admita, ambas partes serán citadas para la celebración de un juicio oral, aunque hasta esa fecha podría haber nuevos acercamientos entre la empresa y los trabajadores. «Nosotros estamos dispuestos a dialogar pero no queremos que se toquen los puestos de trabajo ni los convenios», asegura Bernabé García, representante de CGT en la empresa.

Ante esta situación, la plantilla se plantea llevar a cabo movilizaciones, que podrían comenzar a partir del mes de septiembre.

«Hay trabajo como cualquier agosto»

Catelsa es la principal industria de Cáceres, donde abrió hace casi medio siglo. Se dedica a la elaboración de componentes para automóviles manufacturados a partir del caucho y a lo largo de su historia ha patentado diferentes productos, llegando a situarse como una empresa puntera en el sector.

Llegó a tener más de 400 empleados, de los que ahora quedan 250, y la crisis del coronavirus amenaza con destruir un 20% más. La plantilla no lo entiende porque la actividad de la multinacional en estos momentos es la misma que un mes de agosto normal, según las estimaciones de los trabajadores, que consideran que la producción se ha recuperado desde que se levantara el Estado de Alarma.

«Ahora estamos trabajando como un mes normal de trabajo. Incluso no se ha podido cumplir lo pactado en el calendario de trabajo antes de la pandemia, donde se acordó que la empresa iba a cerrar dos semanas en agosto», recuerda Bernabé García, representante de CGT. Se refiere a que, precisamente debido al nivel de actividad que presenta la empresa, este agosto ha permanecido abierta la fábrica durante todo el mes. Es más, de no haber estado en vigor el expediente, añade el representante del comité de empresa, seguramente habría sido necesario llevar a cabo contrataciones temporales (en estos momentos no es posible contratar a nadie precisamente porque hay un ERTE aún vigente).

Esta es una de las principales razones que han llevado a la plantilla a denunciar el expediente. En un documento que presentaron a la Unidad de Mediación y Arbitraje y Conciliación de Cáceres para reclamar la celebración del acto de conciliación que se llevó a cabo ayer, destacaban además que los datos aportados por Catelsa para justificar el expediente son engañosos, porque corresponden a los meses de abril y mayo, cuando Europa estaba confinada, con las plantas de producción paradas y los concesionarios cerrados (el 70% de la facturación de esta empresa es extranjera). No se tienen en cuenta los datos de junio ni la previsión de facturación para septiembre, que la empresa cifró en 2,4 millones.