En el año 2030 circularán por las carreteras españolas entre 4 y 5 millones de coches eléctricos, según las previsiones que baraja el Gobierno. Para entonces debería haber 220.000 puntos de recarga o electrolineras donde puedan reponer sus baterías. De hecho, España prohibirá la matriculación de vehículos diésel, gasolina e híbridos a partir de 2040, y en el horizonte 2050 ya no habrá ningún modelo con combustibles fósiles. El coche eléctrico será el dueño de las carreteras, de ahí la importancia de que comience a tejerse una auténtica red de electrolineras que pueda darle cobertura. A día de hoy existen 122.994 en toda España, 51 en la provincia de Cáceres y 15 en la capital cacereña, aunque muchas pertenecen a hoteles, campings e instalaciones turísticas, por tanto no están disponibles para el uso público.

Cada punto de recarga puede tener más de una toma (por ejemplo, en la A-5 destaca la electrolinera Supercharger Tesla, junto a Almaraz, con diez supercargadores), pero la falta generalizada de infraestructuras, sobre todo de carga rápida, supone un problema para el desembarco real del coche eléctrico en el grueso de la población. Aunque estos vehículos ya alcanzan una autonomía media de 322 kilómetros (y aumenta cada año), lo cierto es que el usuario medio no los comprará mientras tenga que calcular dónde, cómo y cúanto tiempo recargar cada vez que salga de su ciudad.

Por ello, la Diputación de Cáceres acaba de anunciar el proyecto Moveca, que instalará 48 nuevas estaciones para vehículos eléctricos o híbridos en distintos puntos de la provincia (y en todas las comarcas). Un ambicioso plan que invertirá 600.000 euros con el objetivo de vertebrar el territorio provincial, de modo que un conductor tenga siempre un punto de recarga a mano. Sumados a los 51 actuales, la geografía cacereña contará en dos años con un centenar, más los que surjan de la iniciativa privada. De ellos, al menos 52 serán de uso público al pertenecer a la diputación. «Queremos garantizar que no haya más de 50 kilómetros lineales en la provincia sin poder prestar servicio a estos vehículos», explica el vicepresidente segundo y responsable de Medio Ambiente y Transición Ecológica de la Diputación, Alfonso Beltrán.

El proyecto se llevará a cabo en coordinación con la Junta de Extremadura. Pretende que, en los dos próximos años, esta comunidad sea de las primeras en ofrecer servicios de electrolineras en todo el territorio, ya que Badajoz mantiene una fuerte apuesta por el vehículo eléctrico desde hace años. «Hay que empezar las casa por los cimientos, y si queremos potenciar la movilidad ecológica, son necesarias estas infraestructuras», afirma Alfonso Beltrán, quien agrega que tras los puntos de recarga, que se instalarán en 2021 y 2022, la intención es dotar a los ayuntamientos cacereños con vehículos híbridos o eléctricos. «Son proyectos costosos pero didácticos para ir introduciendo un desplazamiento sostenible», subraya.

DÓNDE IRÁ LA CARGA RÁPIDA

Las ubicaciones de las 48 nuevas electrolineras «aún se están decidiendo», explica el vicepresidente a este diario, ya que los técnicos deben valorar los mejores emplazamientos y hay localidades que ni siquiera disponen de centro de transformación. Lo que sí puede avanzar Beltrán es que los municipios de más de 5.000 habitantes (Cáceres, Plasencia, Navalmoral, Coria, Miajadas, Trujillo, Talayuela, Moraleja, Jaraíz de la Vera, Montehermoso, Arroyo de la Luz y Valencia de Alcántara) dispondrán de electrolineras de carga rápida, y el resto serán de carga media. La primera consigue reponer las baterías de un coche en menos de 15 minutos. La segunda necesita entre 1,5 y 3 horas. Pero estos tiempos se reducen cada año.

«El vehículo eléctrico ha venido para quedarse. Aunque necesite un mayor desembolso inicial, el ahorro de combustible permite una importante amortización», destaca el vicepresidente. De hecho, la Diputación de Cáceres acaba de poner en marcha sus primeras electrolineras en la provincia (210.699 euros a través del proyecto Urbansol), hasta sumar las 51 que existen hoy día. Concretamente, se han instalado dos marquesinas solares de autoconsumo y ocho puntos de recarga que están ubicados en Alcántara, Navas del Madroño, Moraleja, Valencia de Alcántara, Valverde del Fresno y Cáceres (dos puntos, uno de ellos doble en el complejo San Francisco). La potencia instalada varía entre 50, 43 y 22 Kw. Serán de uso gratuito durante dos años.

La red que ya existe en la provincia cacereña está formada por una mayoría de establecimientos turísticos. Por ejemplo, en la capital, disponen de electrolineras los hoteles Don Manuel, Extremadura, Los Arenales, Iberia Plaza de América y V_Centenario. También las hay en los parkings de Primo de Rivera y del complejo San Francisco, y en los concesionarios de Nissan y Renault, así como en las instalaciones de la Asociación Empresarial de Instaladores Electricistas y de Telecomunicaciones, y en Mercadona (Mejostilla). El campus se añade a esta lista y el ayuntamiento tiene dos de uso público en el Embarcadero y Valhondo (ha puesto un tercero en Doctor Marañón, aún no operativo). Respecto al resto de la provincia se localizan sobre todo en las siete hospederías de la Junta (Gata, Monfragüe, Garrovillas, Alcántara, Jerte, Ambroz y Hurdes), en el Parador de Plasencia, y en algunos hoteles y campings. A ellas hay que añadir las que acaba de abrir Diputación.

Pero sin duda, las electrolineras realmente despegarán cuando las compañías privadas las potencien por pura cuestión de mercado. Iberdrola acaba de anunciar que creará 2.500 nuevos puntos en vías urbanas y en las principales autovías del país durante los próximos cinco años. Pretende ubicar estaciones ultra rápidas (350 kW) cada 200 kilómetros, súper rápidas (150 kW) cada 100 kilómetros, y rápidas (50 kW) cada 50 kilómetros.

Endesa también está instalando durante 2020 un total de 2.000 puntos de recarga accesibles para todos los conductores. A final de año, los usuarios encontrarán una estación de la citada compañía a una distancia inferior a 100 kilómetros en las vías principales. Su plan supone la creación de 8.500 puntos para 2023, con una inversión de 65 millones.

LOS PROS Y LOS CONTRAS

Realmente, los coches eléctricos son la única opción de futuro clara y ecológica. Tienen sus pros, pero también sus contras, como detalla la web ‘compramostucoche.es’:

Entre las ventajas destaca que son respetuosos con el medio ambiente. No emiten gases contaminantes ni de efecto invernadero. Solo necesitan la carga de las baterías eléctricas. Además generan muy poco ruido y permiten combatir la contaminación acústica. Su mantenimiento también resulta más económico, ya que consumen 1 euro por cada 100 kilómetros. Al contar con una mecánica menos complicada, también sufren un menor número de averías. Por último, la póliza del seguro sale más barata porque las compañías son conscientes de los menores inconvenientes.

Como desventajas, estos coches tienen todavía poca autonomía (entre 150 y 450 kilómetros). Además precisan su tiempo de carga. Es quizás su mayor desventaja en comparación con los híbridos y los de motor de combustión. Asimismo, la red de puntos de recarga resulta todavía inadecuada. España es uno de los países con menos electrolineras de la UE. También hay que tener en cuenta que estos vehículos ofrecen menor energía en la conducción. Aún no tienen la potencia ni el motor para alcanzar las revoluciones de un motor convencional. Y un factor muy importante: el alto precio de las baterías. En caso de avería o degradación, hay que desembolsar más de 1.000 € en el mejor de los casos. Una batería dura una media de entre 7 y 10 años.

EL GASOIL, REY DE LAS CARRETERAS

Mientras maduran estas nuevas tendencias, el parque automovilístico de la provincia cacereña ha seguido creciendo durante la última década pese a la fuerte crisis que azotó el país hace unos años. Si en 2009 el total de la geografía cacereña sumaba 288.221 vehículos, en 2019 (último ejercicio completo computado) se elevaban a 320.459. Este aumento supone un considerable 11%. Pero además, el número de unidades se incrementó en 2019 respecto a 2018 en 6.453 (un alza del 2%).

Los vehículos eléctricos e híbridos se han subido a la senda del crecimiento, pero todavía a mucha distancia de los modelos convencionales. En 2019 los cacereños compraron 377 coches híbridos (motor eléctrico + motor de combustión), una cifra muy superior a los 283 adquiridos en 2018. Los eléctricos puros casi se duplicaron: en 2018 se compraron 14 y en 2019 fueron 26. Pero como puede observarse, su presencia es aún absolutamente minoritaria.

Con estas cifras resulta fácil deducir que, a día de hoy, los vehículos que funcionan con combustibles fósiles, y por tanto contaminantes, siguen formando la inmensa mayoría del parque automovilístico de Cáceres. Los turismos, furgonetas, motocicletas, camiones, autobuses, tractores y otros transportes que utilizan gasoil suponen el 66% de todos los registrados en la provincia. Después se sitúan los de gasolina, que representan el 34%. El resto, eléctricos y de gas, tan solo significan, ojo, un 0,001%.

COVID: MÁS COCHES

La llegada del coronavirus, al contrario de lo que podría parecer, ha generado unas nuevas necesidades que han reactivado el mercado del automóvil. El miedo al contagio ha hecho que conductores no habituales se hayan incorporado a la circulación diaria en vehículos nuevos o de segunda mano. Otros han cambiado de modelo por la necesidad de usarlo con más frecuencia. En definitiva, se ha reactivado la venta de coches.

Así lo destaca la web ‘coches.com’, que concluye que esta nueva crisis, al ser también sanitaria, ha atraído a un público diferente al mercado del motor, con nuevas prioridades. Nada que ver con las crisis precedentes, que provocaron fuertes caídas en las ventas. Según esta web, un 78% de los usuarios valora la higiene que ahora mismo ofrece el coche privado, y un 68% considera que puede reducir los contagios.