El Ayuntamiento de Cáceres no devolverá la tasa de terrazas de este año a los hosteleros. Ayer lo reiteró el alcalde, Luis Salaya, después de que el portavoz del PP, Rafael Mateos, volviera a insistir en que se condonara al sector el impuesto del 2020. «No se pagará de modo retroactivo», remarcó el dirigente socialista. «Hemos acordado con ellos que reducíamos al 100% el año que viene, pero no tocábamos este», zanjó el mandatario municipal.

La situación que atraviesa el gremio a consecuencia de la pandemia y la eliminación del impuesto durante el próximo ejercicio ha vuelto a centrar el debate político. Y es que la sorpresiva decisión de Salaya de eliminar la tasa de instalación de terrazas el año que viene ha hecho reaccionar al Partido Popular y ha avivado el enfrentamiento político entre ambas formaciones.

El responsable popular definió la acción de Salaya de «rectificación», le afeó que primeramente se negara a quitar el impuesto y recordó que el PP lo ha solicitado públicamente hasta en diez ocasiones desde abril. Mateos incluso hizo un listado de los días en que realizó estas peticiones: 8 de abril, 16 de abril, 23 de abril, 30 de abril, 4 de mayo, 27 de mayo, 19 de octubre, 30 de octubre, y 3 y 4 de noviembre.

Mateos pidió a Salaya que «no pierda ni un solo día más, y que se ponga a trabajar en esta medida, ya que debe estar aprobada antes del 31 de diciembre». Dejó claro, eso sí, que cuenta para ello con los votos del PP. Asimismo, lamentó que se haya perdido tanto tiempo en tomar esta decisión, «ya que se ha tenido al sector hostelero en vilo muchos meses sin necesidad».

Rafa Mateos fue más allá y quiso aleccionar al gobierno municipal sobre cómo debe afrontar la ordenanza y a lo anunciado por el alcalde de que se permitirán veladores anclados al suelo, el líder del PP pidió que se regule la distancia de terrazas a los establecimientos, hacer cambios más claros sobre las condiciones de la ocupación o el uso de plazas de estacionamiento que se pueden ocupar para poder levantar una instalación más amplia.

El PP también volvió a pedir a Salaya que acelere las ayudas a los autónomos y las pymes, subvenciones específicas a la conciliación del trabajador autónomo cuando tenga que cesar su actividad por el cuidado de hijos de hasta 14 años, bonos de consumo, sorteos y campañas específicas, apoyo para la digitalización del comercio y cursos de formación.

Entretanto, la reacción de los hosteleros a la decisión de Salaya ha sido bien acogida. «Es un buen gesto del ayuntamiento, dadas las circunstancias», estimó Jose Mostazo, del Bar Bontá, situado en Doctor Fleming, que aún mantiene cerrado el pub Martina en la misma calle y que no reabrirá hasta que las condiciones lo permitan. Dijo que la medida municipal alivia a la hostelería, pero que el gremio del ocio «está reventado».

Mostazo reconoció «que está trabajando bien», pese a la situación, que ahora son 12 empleados, dos más que antes del inicio de la pandemia. Indicó que mucho tiene que ver en ello que «el ayuntamiento ha sido muy permisivo y nos está permitiendo desarrollar nuestro oficio, pese a las grandes dificultades que sufrimos».