«Lo importante es la salud». Este mantra que cada año repiten quienes no se llevan un duro en el sorteo de Navidad, como si a los afortunados les hubiera entrado una enfermedad además de dinero en la cuenta bancaria, ha convertido al 22 de diciembre en el auténtico ‘Día de la Salud’. Así se le conoce a modo de consuelo... Pero este año no parece un tópico. «Cuando la gente viene a comprar un décimo pide que ojalá le dé más suerte que nunca, dice que este sorteo sí será el de la salud», revela Silvia Cerro, titular de la Administración ‘La niña bonita’, situada en la avenida Ruta de la Plata.

Al margen de dichos, las consecuencias de la pandemia efectivamente «se están notando mucho». «Esto es una cadena, si otros sectores están mal, el nuestro también flojea», sostiene Silvia. El descenso de la demanda se nota muy especialmente en la hostelería, un gran aliado de muchas administraciones. «Bares que te podían encargar 10.000 euros en lotería, este año no llegan a 5.000», revela. Y hay clientes que solo acuden a esos establecimientos a comprar el décimo, ni siquiera consumen. La situación es tal que las peticiones de los bares y restaurantes se han reducido prácticamente «a la mitad».

En cambio, ‘La niña bonita’ sigue registrando una buena afluencia por ventanilla. «Abrimos a principios de 2018, por tanto no puedo comparar con otros años. Quizá por ello ahora viene gente de la zona que nos va conociendo poco a poco, pero también estamos luchando mucho, intentamos ganarnos a todos los que entran en la administración, no paramos de buscar clientes en otros establecimientos y reinvertimos todo para mejorar y darnos a conocer. En esta situación no nos podemos permitir parar», afirma.

Entre las novedades que más alegrías está deparando a la administración destaca la venta a través de internet. «Comenzamos hace un mes con la web y los resultados son muy satisfactorios», desvela. Porque la ilusión, asegura, «sigue entre la gente».

Si Silvia Cerro representa el emprendimiento, Alfonso Rincón representa la experiencia en el sector de la lotería, en el que prácticamente se crió de la mano de su madre cuando regentaban la entrañable administración junto a la antigua estación de autobuses. Ahora es el titular de la Administración ‘La 4’, situada en Gil Cordero, donde décadas de relación con los clientes le han convertido en el despacho de toda la vida para muchos cacereños.

Quizá por ello las crisis se hacen más soportables. «Es cierto que aquí tenemos una clientela arraigada, muy del día a día, de ventanilla». Aun así, Alfonso afirma que este año se percibe el descenso en la actividad, que azota a casi todos los sectores. «La gente contiene el gasto, hay más ahorro e incertidumbre, se nota que la economía se mueve menos en la calle». El primer síntoma evidente fue la ausencia en verano de esos de turistas que siempre compran los primeros décimos, y de esas familias que esta vez no han vuelto a su Cáceres natal para comprar lotería. Por ello, Alfonso calcula una bajada del 30% en las ventas. «Se nota incluso el teletrabajo, la ausencia de los empleados que salían a tomar el café y pasaban por la administración», comenta.

Pero lo que no cambia son las preferencias: «Este año se busca mucho la terminación en 20 y por supuesto las clásicas como 13, 69, 5 y 7. También se siguen pidiendo los números raros, aunque yo siempre les digo que no hay número feo, sobre todo si toca», concluye con una sonrisa.