El alcalde, Luis Salaya, anunció ayer que el gobierno local trabaja en la puesta en marcha en los próximos meses de una oficina que se centre en el retorno del talento, que permita que «puedan volver a la ciudad muchos de los jóvenes que han tenido que irse». El regidor realizó este anuncio durante la celebración del pleno infantil, una sesión que se organiza anualmente y en la que alumnos de Primaria y algunos de Secundaria preguntan al alcalde sobre cuestiones que les preocupan.

Esta oficina es una iniciativa que estuvo en programas electorales de más de una candidatura en las pasadas elecciones municipales y que está en la línea de otras acciones como la del Ministerio de Trabajo y su plan de retorno con el fin de «crear y de dinamizar una comunidad de emigrantes que quieren volver», según se detalla en la página web del ministerio.

Cáceres ha perdido en la última década más de tres mil jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 29 años en su padrón de habitantes. En 2010 eran 18.046, lo que suponía el 18,9% del censo de población. En 2020 son 14.737 (15,2%). El dato es peor si la comparación se hace con la población comprendida entre los 21 y los 35 años, hace diez años había 20.781 empadronados (21,8% del total de la población), mientras que en el año 2020 suman 15.358 (15,9%). La población total en estos diez años solo se ha incrementado en menos de dos mil habitantes, de 95.035 en el año 2010 a 96.467 en 2020. La distribución de los habitantes por edades en este año, según el estudio estadístico que hace el ayuntamiento, arrojaba el dato de que casi la mitad, con un total del 46%, tenía entre 35 y 65 años, mientras que solo el 16% de los empadronados estaba en el tramo de edad de 18 a 34 años. Los mayores de 65 son el 18%, los menores de 18 son el 20%.

En el programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones se propone la puesta en marcha de un ​Plan de Retorno del Talento «para que Cáceres vuelva a resultar atractiva para las muchas personas que han tenido que marcharse víctimas del exilio económico», según se precisa en el programa electoral con el que se presentó Salaya a la cita electoral.

No fue el único plan que Salaya anunció ayer durante la celebración de este pleno. También aludió a una campaña para «concienciar» sobre el cuidado del patrimonio público. En la misma se informará sobre lo que cuesta la limpieza de un grafiti o un elemento del mobiliario urbano como una papelera. Solo la limpieza viaria tuvo el pasado año un coste para la ciudad de 5,5 millones. Salaya aludió ayer a un caso concreto, «al de un personaje que nos tiene pintada toda la ciudad monumental y le pillaremos», aseguró. El pasado viernes desde el gobierno local se anunció la realización de una campaña de limpieza de grafitis en calles del casco viejo y con cargo al presupuesto del consorcio Cáceres Ciudad Histórica.

La limpieza de la Ribera del Marco, el precio de las mascarillas -aunque es una cuestión lejos de la competencia del ayuntamiento-, la campaña para consumir en el comercio cacereño en Navidad, con la petición del alcalde de que no se recurra a Amazon, la peatonalización, las plazas para residencias de mayores o la reducción de los aforos en la hostelería fueron asuntos que se abordaron por parte de los jóvenes en el pleno celebrado ayer, una sesión que a causa del covid se celebró en el Foro de los Balbos y que contó con la participación de estudiantes de más de una decena de centros educativos. La falta de locales de ocio para menores fue una de las cuestiones que salen en estos encuentros, se repite todos los años como una necesidad sin atender.

Al pleno acudieron y participaron alumnos del Ribera del Marco, Francisco Aldana, Cervantes, Prácticas, Dulce Chacón, Donoso Cortés, y los colegios San Antonio de Padua, Sagrado Corazón de Jesús, Nazaret, María Auxiliadora, Licenciados Reunidos, Diocesano y del instituto El Brocense.