Unas dicen que ha sido «un año en blanco» y otras que ha sido «el año más negro». Dos formas totalmente antagónicas de retratar la misma actividad: el sector de las agencias de viajes atraviesa una situación crítica por los efectos del covid, y sin duda ocupa el pódium de los más afectados por la crisis. «Ayer vendimos un billete de tren para Madrid porque el cliente tenía un asunto obligado, y hace unos días vendimos otro a Badajoz. No ha habido más operaciones en todo el mes», desvelaba a finales de noviembre Montse Fernández, directora de Viajes Suroeste, agencia situada en la avenida Virgen de Guadalupe de Cáceres. «Desde septiembre no se mueve absolutamente nada», confirma Pilar Jaén, de Viajes Monfragüe, en la Galería Comercial de Cánovas.

No es que sus negocios estén flojos. Sencillamente no hay negocio. «Solo entran algunas personas a preguntar por vuelos a Colombia, Honduras y otros destinos de Latinoamérica con la intención de ver a sus familias en Navidad, pero nadie compra, casi nadie vuela. Mantenemos la oficina abierta para dar información directa o vía mail, nada más», explica Montse Fernández. «Algunas solo abren a media jornada, nosotros tratamos de seguir mañana y tarde, pero todo esto nos obliga a pagar luz, teléfono, alquiler, autónomos..., sin un solo ingreso», subraya Pilar Jaén.

Descapitalizadas

DescapitalizadasEl problema es aún más grave: muchas agencias están «descapitalizadas». Ni siquiera pueden tirar de sus ahorros porque los han gastado en adelantar las devoluciones a los clientes. «Ellas han respondido ante los usuarios anticipándoles el importe de sus viajes anulados por la pandemia, pero todavía no han recibido ese dinero por parte de algunos mayoristas y compañías aéreas», revela María Eugenia Flores, presidenta de la Asociación de Agencias de Viaje de Extremadura. «Por ello, los ERTEs están al orden del día en el sector, hay ya algunos cierres y nos tememos que será difícil aguantar más meses», lamenta.

«Ayer vendimos un billete de tren a Madrid, y hace días otro a Badajoz. No ha habido más operaciones en todo el mes»

Realmente nadie viaja. «A estas alturas ya habríamos pasado el otoño vendiendo los puentes del Pilar, los Santos y la Inmaculada, y estaríamos empezando con la Semana Santa y el verano. También tendríamos ya cerrados varios grupos para_Benidorm y la Costa del Sol de cara a la primavera-verano de 2021. Nada de nada. Ni siquiera una llamada para preguntar», detalla_Montse Fernández.

«Todos los proyectos cerrados a principios de 2020 se han suspendido, por ejemplo varios viajes colectivos en autobús a Cantabria, Francia o Marruecos previstos para Semana Santa, también desplazamientos dentro de la propia Extremadura. Cada autobús traslada a 50 personas, pueden imaginarse las pérdidas. Algunos mayoristas aún no han devuelto el dinero que hemos avanzado a los usuarios», matiza Pilar Jaén.

La segunda ola se adelantó

La segunda ola se adelantó«Las circunstancias son muy difíciles», agrega la presidenta del sector._«Cuando acabó el confinamiento domiciliario, se abrieron poco a poco las posibilidades de hacer turismo y tuvimos la esperanza de salvar al menos el verano. Julio sirvió para ir recuperando la confianza pero la segunda ola llegó demasiado pronto, afectó a agosto y desde septiembre se ha paralizado todo», relata María Eugenia Flores, presidenta del colectivo. «El invierno siempre se ha salvado con los puentes de otoño y los viajes de empresa, pero la limitación de la movilidad nacional e internacional ha acabado con cualquier posibilidad», afirma.

Evidentemente, sin viajes, ni aviones, ni cruceros, las agencias, que viven de la intermediación, se han quedado huérfanas de actividad. «Es una lástima porque tras la última crisis comenzábamos a percibir la recuperación del sector. Veíamos luz al final de un túnel muy oscuro, de muchos años, y otra vez nos tocará empezar», señalan desde Viajes Monfragüe.

Los únicos que muestran hoy algo de interés, muy pocos, son quienes deben volar al extranjero. Acuden a informarse sobre si las compañías aéreas están operativas, y sobre la situación y las exigencias del país de destino (cierre perimetral, obligación de PCR, cuarentena...). Las agencias, como especialistas que son, ofrecen estos datos al detalle frente al caos de internet, aunque actualmente los vuelos suponen para ellas un problema más que una solución: los continuos cambios y cancelaciones les obligan a seguir adelantando devoluciones que tardarán en reembolsar, y no está el panorama para más anticipos...

Solo viene gente a preguntar por algunos vuelos, también ocurre que después de asesorarles compran por internet

«Aconsejamos a los usuarios que cierren el viaje a última hora (72-48 horas antes) aunque su vuelo se haya programado, para evitar los cambios de fechas y posibles confinamientos, y hacer más efectivas las PCR», explica Montse Fernández. «También ocurre que después de prestarles asesoramiento, sacan el billete on line», lamenta Pilar Jaen. Sin embargo, a la hora de las devoluciones, las agencias físicas sí asumen responsabilidades y garantizan mayor rapidez.

Necesitan ayudas

Necesitan ayudasEl sector asegura que ha destinado todos sus esfuerzos a superar la situación. «Durante estos meses hemos llevado a cabo una gran labor para transmitir confianza al público, pero con la incertidumbre actual ya no podemos hacer más», apunta María Eugenia Flores. Incluso las empresas han zanjado prácticamente todos los desplazamientos y se organizan vía telemática

Ante tal nivel de inactividad, el sector ha pedido reiteradamente al Gobierno central la concesión de una línea de ayudas específicas a las agencias que les permitan superar el periodo de pandemia, porque en su caso no se ha reducido el aforo ni el horario, es que directamente no tienen clientes. «Solicitamos la bajada del IVA y de otros impuestos, no podemos seguir afrontándolos sin ingresos», denuncia la presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes de Extremadura. Las empresas lamentan que tampoco hayan llegado aún las ayudas comprometidas por el Ayuntamiento de Cáceres y la Junta. Sí agradecen la iniciativa de los bonos turísticos al consumo.

Por todo ello, las agencias han iniciado una campaña reivindicativa con carteles en sus escaparates. Lanzan un SOS al Gobierno del país bajo riesgo de «agonizar» y «desaparecer». «La verdad es que nos mantenemos abiertos de forma testimonial, porque daría lo mismo no hacerlo. Una auténtica lástima. En nuestro caso cumplimos 40 años de trayectoria el próximo 15 de diciembre y no recordamos nada parecido», indica Montse, de Viajes Suroeste.

Caos en la UE

Caos en la UEDesde la Confederación Española de Agencias de Viajes también exigen un protocolo homogéneo sobre la normativa de los vuelos en toda Europa, que permita normalizar en lo posible esta actividad y que ponga fin al caos actual (unos países establecen unas exigencias distintas de otros), que limita la movilidad.

Mientras tanto, y mientras llegan las posibles ayudas, solo queda la opción de la resistencia. «La vacuna se ve cerca, pero sinceramente no sé cuántas agencias podremos aguantar. Llevamos muchos meses con gastos, sin ingresos», reconoce Pilar Jaén. En su caso ha optado por aprovechar esta temporada sin apenas público para seguir formándose en el sector.

PCR, trámires…

PCR, trámires…En Viajes Suroeste, donde ya tienen un empleado en ERTE y otro a media jornada, también han puesto sus esperanzas en la vacuna. Saben que en ese momento comenzará poco a poco a reactivarse la movilidad, pero los países mantendrán las restricciones y obligarán a tomar ciertas medidas. Por eso, la agencia está preparando un proyecto que le permitirá ofrecer a los clientes PCR, test serológicos y otras pruebas, junto con toda la información de los distintos países y los trámites necesarios (visados, vacunas..).

Y es que, posiblemente, las agencias de viajes ganarán aún más sentido por la información y las garantías que ofrecen, en un mundo que muchos dicen que no volverá a ser el mismo. «Pero antes habrá que evitar la caída de este sector, del que dependemos tantas personas», reflexiona Pilar Jaén.