Y Cáceres no quemó al pelele este año. Por primera vez en décadas la figura del ‘febrero’ no ardió en la plaza Mayor tal y como ordena la tradición en la gran hoguera del viernes de Carnaval. No hubo escolares ataviados de lavanderas y aguadores en las escalinatas del ayuntamiento, ni el reparto de los dulces tradicionales ni el paseo del bujaco en burro antes de exponerse al escarnio de la capital y al fuego. Debido a la crisis sanitaria, la tradicional celebración que conmemora a la fiesta en la que las lavanderas de la ciudad despedían al frío y a los malos augurios del invierno que recuperó hace años la Universidad Popular y que se ha convertido ya en un emblema en la ciudad no pudo celebrarse de manera presencial.

No obstante, y a pesar de las circunstancias, tanto ayuntamiento como Universidad Popular, coordinadora de la actividad, no quisieron dejar en blanco la jornada y trasladaron la programación a internet.

Los usuarios de la universidad, como cada año, elaboraron la figura del ‘febrero’, que será expuesto en el museo municipal como el único vestigio de la tradición que sobrevive a la quema, y a través de las redes, el consistorio retransmitió un acto en el que intervino el alcalde, Luis Salaya, y Julia Mangut, vecina y lavandera, dio lectura al manifiesto, este año un canto a la «esperanza». «Hoy como cada año desde hace treinta miramos al pasado para difundir una parte de nuestra historia. En este 2021, las lavanderas, trabajadoras que nos han dejado su fiesta y su patrón de paja, queremos aunque de una forma diferente, tener la oportunidad de transmitir esa alegría con la que siempre hemos celebrado esta fiesta. Este año, sin la algarabía de la quema y los coquillos, pero con la esperanza de que la tradición volverá a celebrarse», manifestó la portavoz en la lectura. Durante el acto se exhibió también un vídeo documental elaborado por alumnos sobre la tradición, que también fue distribuido en los colegios.

Por su parte, desde la Universidad Popular, el director, Diego Ávila, trasladó que la jornada de ayer se vivió con emociones encontradas, con «tristeza» por no poder llevar la celebración a la calle pero insistió en que la «ilusión» y la intención sigue siendo la misma: desterrar el frío y el dolor que ha dejado 2020.