El edificio de Reyes Huertas seguirá cerrado. La Junta de Extremadura, propietaria del inmueble, se lo cedió en el año 2013 a los Hermanos de la Cruz Blanca para que levantaran un nuevo centro residencial pero, después de ocho años, el colectivo ha renunciado al inmueble por la dificultad de encontrar fondos para sufragar la obra. Así se lo ha comunicado al Ejecutivo autonómico y ha llevado a cabo ya los trámites para devolverlo de nuevo a la administración.

El colectivo, dedicado a la atención de personas con discapacidad, lleva años con el proyecto redactado. La residencia iba a ocupar tanto el edificio abandonado, que necesitaría una reforma integral, como los jardines anexos. La idea era construir dos inmuebles, el primero iba a albergar la residencia (la planta de abajo para los dependientes), el comedor, salas de televisión, la enfermería y un oratorio. El objetivo que se marcaban era lograr espacio suficiente para albergar 50 camas y poder ampliar así su atención, ya que en la sede actual de la calle Manga, solo tienen espacio para 35.

En el otro inmueble, que estaba proyectado en la zona ajardinada, se iban a colocar los servicios auxiliares como cocina, lavandería, salas de terapia y la vivienda de los religiosos. Además de una terraza, un salón multiusos y garajes. Para levantarlo necesitaban una inversión de 3 millones de euros, que pensaban conseguir (al menos la mayor parte) a través de la recaudación del IRPF para fines sociales (la X en la declaración de la renta). Durante años lo intentó pero no lo consiguió. Ahora la situación se ha complicado aún más con la crisis del coronavirus lo que ha llevado definitivamente al colectivo a desistir del proyecto.

El edificio se levantó en 1990, tiene 2.027 metros cuadrados construidos y actualmente se encuentra muy deteriorado. Lleva casi 15 años en desuso. Durante años albergó la sede en Cáceres de la Consejería de Bienestar Social; hasta 2009, cuando se destinó al servicio de ayudas para la integración en situaciones de emergencia y una oficina de centros infantiles, actividad que alojó hasta 2011, aunque casi no funcionaba. La Junta dio por cerrado el edificio en enero del 2011. Antes, en el año 2010, lo puso a disposición del Ayuntamiento de Cáceres, pero renunció a él al no poder hacerse cargo de su mantenimiento.

En estos momentos, tal y como reconoce el Ejecutivo autonómico, el inmueble se encuentra en un estado de «ruina funcional», con el añadido de que se trata de un edificio con protección incluido en el catálogo de bienes protegidos del plan general de ordenación urbana de Cáceres, «lo que dificulta enormemente las posibilidades de intervención en el mismo», añade la consejería de Sanidad y Servicios Sociales, responsable del mismo.

Sanidad se fijó en este inmueble hace unos meses, como una opción para trasladar el Punto de Atención Continuada (PAC) del hospital Nuestra Señora de la Montaña, que finalmente se mantendrá en el mismo centro hospitalario. Entre otras cosas lo descartó por la importante inversión que habría necesitado para albergar este servicio. Y por ahora, tampoco se plantea darle un nuevo uso ni a corto ni a largo plazo. «Los costes de una rehabilitación funcional son muy elevados, y antes de plantearnos cualquier actuación debemos solicitar la descatalogación del mismo del catálogo de bienes protegidos del ayuntamiento», aclaran fuentes de la consejería.