«En Cáceres tenemos 1.600 hogares unipersonales, y en el 80% de ellos, según el INE, viven mujeres mayores de 65 años. Durante la pandemia, al ayuntamiento le ha preocupado bastante su situación porque han pasado momentos difíciles con miedo, con incertidumbre, por eso hemos estado acompañándoles». Son palabras de Begoña Iglesias, monitora de animación comunitaria del Instituto Municipal de Asuntos Sociales, que lleva 14 años trabajando junto a un equipo de compañeros y una coordinadora que atienden 16 asociaciones de mayores (2.000 usuarios). Al sobrevenir el covid, tuvieron que cambiar sus actividades habituales (alfabetización digital, estimulación cognitiva, expresión corporal…) por una atención telefónica continuada para comprobar la situación de cada uno y ofrecerles actividades en el hogar que les mantuvieran dinámicos.

Luego llegaron los talleres al aire libre para recuperar la calle sin miedo, pero con precauciones. «Estamos cerca de ellos para conocer sus necesidades y hacer posible su desarrollo completo, a través de las herramientas que pueda aportarles el ayuntamiento», subraya Begoña Iglesias.