Todo listo en el hospital San Pedro de Alcántara para una probable cuarta ola tras la Semana Santa. Los equipos médicos trabajarán al completo en previsión de que el repunte de contagios se traduzca de nuevo en un aumento de la presión hospitalaria. Eso sí, los especialistas esperan que esta nueva oleada sea algo más leve que la primera y la tercera, sobre todo por el avance de la vacunación entre la población mayor, la más vulnerable al covid por sus patologías.

Cáceres es una de las ciudades de la región que preocupa a las autoridades. El municipio fue el primero del territorio nacional en conseguir bajar de los 50 casos por cada 100.000 habitantes, lo que la situó en un riesgo bajo. Pero no ha podido mantenerse en ese estado de tranquilidad ni dos semanas porque los nuevos positivos han comenzado a crecer exponencialmente, y con un problema añadido: la cepa mayoritaria es la británica, mucho más contagiosa que la anterior. Lo que todavía se discute entre los círculos científicos es si también es más grave.

Ayer el área de salud de Cáceres notificó 12 nuevos contagios; seis de ellos en la capital cacereña. Esto sitúa a la ciudad en 108,19 casos por cada 100.000 habitantes a los 14 días y en 73,86 a una semana (precisamente este último indicador es el que hace prever que la situación no va a mejorar en los próximos días).

De momento el aumento de los positivos no se deja notar en la ocupación de los hospitales. Según los últimos datos facilitados por Salud Pública, en el San Pedro de Alcántara había ayer ocho personas ingresadas con coronavirus, y solo una de ellas está en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Por el momento todos los hospitalizados con la enfermedad se concentran en la octava planta. Se han liberado así Medicina Interna y Neumología para que puedan recuperar su normalidad asistencial y atender a otros pacientes que no tienen que ver con el virus.

El repunte de los casos se empezó a notar la semana pasada, justo cuando se cumplía una semana de la relajación de las medidas (se amplió a las 23.00 horas el toque de queda y el número de comensales por mesa en los establecimientos de hostelería). Los especialistas lo tienen claro: a mayor movilidad más contagios. «Tiene toda su lógica, en enero y febrero nos quedamos en casa porque estaba todo cerrado, y de ahí la brutal bajada», explican a este diario. Aunque aclaran que de momento «la situación no es alarmante», salvo por la preocupación de que la cepa predominante es la inglesa.

En lo que va del mes de marzo se ha registrado una media de cinco o seis ingresos al día, una cifra más que asumible si se tiene en cuenta que en marzo y abril llegaban más de 20 diarios (en la tercera ola, aunque hubo más hospitalizaciones, fueron más espaciadas en el tiempo). Esperan que los ingresos suban tras Semana Santa, precisamente por el aumento de la movilidad, a pesar de que la comunidad autónoma esté cerrada perimetralmente. Y aplauden los cribados masivos que se están llevando a cabo porque ayudan, aseguran, a mantener la vigilancia sobre la enfermedad.

No creen que se necesite La Montaña

La gerencia del área de salud de Cáceres mantiene activado el plan de contingencia por si la situación volviera a desbordarse. Este plan contempla también la reapertura del hospital Nuestra Señora de la Montaña, que se mantiene en estado de prealerta, es decir, con las instalaciones completamente montadas y con el personal contratado. La plantilla no presta sus servicios en el Provincial porque está cerrado por lo que se ha distribuido entre el San Pedro de Alcántara y el Universitario, donde cubren las vacaciones y los días libres del personal sanitario.

En cambio, pese a que la maquinaria del Nuestra Señora de la Montaña está montada, no se espera que esta vez sea necesaria su reapertura, ya que la previsión es que esta cuarta ola (si llega) sea mucho menor que las anteriores. De hecho, tal y como afirman los especialistas que tratan a los pacientes de coronavirus, en la tercera oleada se podría haber pasado sin su puesta en funcionamiento. Entonces se prepararon 20 camas (con disponibilidad hasta 49), pero en ningún momento se llegó a ocupar al completo. La decisión de su reapertura fue más bien por precaución, es decir, por si el número de ingresos continuaba en aumento y llegaba un momento en el que no había espacio en el San Pedro de Alcántara.

En el caso de que comenzaran a repuntar las hospitalizaciones se volverían a dejar para coronavirus las plantas primera y segunda (Neumología y Medicina Interna, respectivamente), trasladando a los pacientes no contagiados al Universitario, como ya se ha hecho en las anteriores olas. Si no fuera suficiente con esto, se continuarían liberando otras plantas de este complejo hospitalario, como la tercera y Geriatría.

Además también está libre la octava, que en estos momentos es la que se utiliza para los enfermos infectados. Este ha sido el espacio comodín durante toda la pandemia: en la primera ola acogió a pacientes covid y en la segunda y en la tercera a los enfermos de las plantas que hubo que liberar para hacer espacio pero que no estaban contagiados. Todavía no se ha decidido para qué se usará si hay una cuarta.