La ciudad dice no al bullying. Para hacerlo elige el cine, la gran pantalla. A través de un cortometraje, los vecinos de la barriada de Cáceres el Viejo han querido denunciar un problema que afecta al conjunto de la sociedad, el acoso escolar, y pedir que se visibilice un problema que en la mayoría de los casos sigue silenciado en las aulas y en los entornos cotidianos. 

El trabajo, titulado ‘Dilo: no al acoso’ ha sido dirigido por Ignacio Polo Rojo e íntegramente elaborado por los residentes del vecindario. En él han participado una decena de actores y actrices y cuenta con la colaboración de asociaciones como ARA y Alcohólicos Nominativos de Extremadura. Ha sido financiado por la Diputación de Cáceres y ha recibido el apoyo del ayuntamiento de Cáceres a través de su concejalía de Participación Ciudadana y Barrios.

El resultado se proyecta este miércoles en la biblioteca (17.30) en un acto con aforo reducido al que asistirán autoridades locales y provinciales y tras el pase habrá una charla coloquio sobre la necesidad de abordar la violencia en los jóvenes y poner en valor el trabajo coordinado de las asociaciones para hacer frente al problema --el evento se puede seguir en 'streaming' en la página de Youtube de la biblioteca--. Del mismo modo, estará disponible a partir de las 22.00 horas en la web de la asociación vecinal Cáceres el viejo para que los interesados puedan visualizarlo.

Según relata a este diario su director, estudiante de Iluminación y Captación de imagen en El Brocense y representante juvenil del barrio, la motivación para abordar este tema nació desde su propia experiencia de haber sido testigo de situaciones de acoso durante su infancia. «He visto casos y soluciones se han puesto pocas, tenía ganas de difundirlo y el audiovisual es el campo que yo tenía para hacerlo, es un corto de denuncia social», sostiene. En ese sentido, incide en que el título ‘Dilo’ pretende ser una invitación para que tanto las víctimas como las personas que presencien acoso denuncien este tipo de situaciones. Subraya, por tanto, la importancia de involucrar al máximo de personas en el proyecto. 

El proyecto audiovisual tiene una duración de 10 minutos y fue rodado en septiembre de 2020. Sobre la particularidad de grabarlo en pandemia, Polo pone de manifiesto que las restricciones han sido «una dificultad añadida», de hecho, todos los personajes aparecen con mascarilla. No obstante, incide en que a pesar de la vicisitud que supone a la hora de expresar emociones usando la mascarilla, han trabajado para que el mensaje «que no perdiera sentido»: darle voz a aquellos que no la tienen. 

Al respecto, avanza que este primer corto sobre el bullying no es un proyecto aislado sino que formará parte de una serie de trabajos audiovisuales sobre diferentes problemas que afectan a la sociedad y que también se harán desde la asociación vecinal de Cáceres el Viejo.