A la perfección representa María José Enríquez (26 años) aquel refrán que asegura que al que madruga, Dios le ayuda. Intervención divina aparte, la cacereña amaneció este 23 de abril más temprano de lo habitual con un único propósito, hallar la gallina de oro oculta en la ciudad monumental, y la intención de la búsqueda dio los frutos esperados. La joven, acompañada por su madre, ha sido una de las afortunadas que han encontrado una de las dos pequeñas esculturas escondidas en los rincones del casco histórico y premiadas con 200 euros.

El ayuntamiento recuperó la tradición este año, una de las más simbólicas y participativas de la festividad de San Jorge, tras un 2020 en blanco en cuanto a celebraciones debido al coronavirus. En declaraciones a este diario, María asegura que su hallazgo no fue más que una corazonada. “Salimos a las 7 y buscamos por todos lados, llegamos a un rinconcito y vi una planta y allí estaba, era para mí”, apunta. En declaraciones a este diario, pone de relieve que más que la alegría por el dinero, “que tampoco te hace rico”, lo importante de la experiencia es “la ilusión” de haberla encontrado. En cuanto al futuro de los 200 euros, asegura que lo “ahorrará para un viaje”. “Es lo mejor que se puede hacer ahora”.