Recuerda Luzena Guzmán (Arroyo de la Luz, 1998) que cuando era pequeña ya fantaseaba con ser peluquera. «Cogía la plancha de mi madre y apagada se la pasaba por el pelo». Asegura también que desde pequeña la intentaron persuadir para que estudiara una carrera por aquello «de las salidas» pero finalmente ella optó por hacer lo que más quería. Se formó en las mejores escuelas de peluquería de la capital cacereña y a sus 23 años cumple su sueño de dirigir su propio negocio. En una época de pandemia en la que los titulares habitualmente están protagonizamos por anuncios de cierre, ella ofrece una mirada optimista al futuro.
«Fue buscar local y en pocas semanas abrimos, por mucho que haya una pandemia, hay que intentarlo»
Su peluquería Golden Crown ofrece una esperanza de relevo generacional a una de las avenidas más transitadas de la capital cacereña, Virgen de la Montaña. Lo tuvo claro. Después de tiempo trabajando para otros, decidió dar el paso. Y lo hace en plena crisis sanitaria. «Por mucho que haya una pandemia, yo pensé que hay que intentarlo, si se cierra pues cerramos, pero al menos lo hemos intentado», sostiene. En ese sentido asegura que el proceso para abrir se ha demorado tan solo semanas. «Buscamos el local en una inmobiliaria, nos gustó porque además estaba acondicionado para peluquería, y además el precio estaba más rebajado que de costumbre, luego pedimos el permiso de apertura y no ha tardado nada, ha sido cuestión de días».
Con ella comparte experiencia Álvaro Holgado (Cáceres, 1997). Unos pocos metros más allá y también a sus 23 años ha inaugurado esta semana su sueño: su propia pastelería. En tan solo dos días abierta, Chef Alia ha agotado sus existencias y ha acumulado colas de hora y media de espera. «La acogida ha sido increíble», pone de relieve su dueño, que asegura que se decantó por la calle porque «es céntrica» y «tiene mucha afluencia».
«Llevamos dos días y la acogida ha sido increíble, hemos tenido colas de hora y media de espera»
En cualquier caso, no obvia el deterioro y la estrechez de las aceras e insta a que se acelere la reforma que planteaba un bulevar en la avenida. De momento, la obra sigue a la espera de que se acometan de forma previa actuaciones en el abastecimiento y el saneamiento que tiene que llevar a cabo la empresa Canal de Isabel II.
En semejantes términos a los de Álvaro se expresa Marga Reyes, del bar Vulcano, que con insiste en el peligro de cruzar el carril para poder acceder a su terraza. «Estaría encantada», añade. Aunque abrió en 2019, Marga también ha tenido que reinventarse tras la pandemia y ahora combina fusión de comida hondureña con la española. «Yo voy a por todas, siempre me he considerado una guerrera, a ver si arrancamos de una vez», sostiene mientras muestra su orgullo también por las nuevas incorporaciones a la calle. «Es una valentía, esa es la actitud».
