El alcalde, Luis Salaya, anunció este jueves que se acometerán obras de emergencia en el baluarte de los Pozos debido a «una situación grave que pone en riesgo la estabilidad» de este inmueble que es parte de la muralla. Lo que está en peligro es uno de los elementos más importantes y hasta el momento mejor conservados de uno de los principales monumentos de la ciudad: el cerco almohade. Se afrontará con fondos del programa que el Ministerio de Fomento destina a la preservación del patrimonio, programa que está cofinanciado por el ministerio (70%) y el ayuntamiento (30%). El promotor del modificado del proyecto de la obra de restauración que se acometen en este tramo desde 2019 es el consistorio y el redactor es la Ute Yamur y Matas.

¿Qué es lo que pone en riesgo este tramo del lienzo de la muralla? En las obras de rehabilitación que se acometen en esta parte del lienzo se detectó en la cara este del baluarte una grieta que lo secciona en su totalidad, desde arriba hacia abajo. Se taponó y se revistió el muro para que la hendidura no se viera desde el exterior. Esa grieta servía de drenaje de todas las aguas que humedecen las tierras que forman el relleno del baluarte de los Pozos. Al tapar ese ‘desagüe’, las aguas que mojan el lienzo lo pueden acabar «desintegrando», según se indica en el documento técnico distribuido este jueves por el ayuntamiento, además «toda esa humedad podría debilitar el muro hasta hacer que cediera a los empujes del relleno», se añade en el texto del modificado del proyecto de la obra.

¿Cuál es la solución? Retirar lo antes posible ese relleno, al menos parcialmente. El vaciado completo del baluarte ya estaba previsto, pero no en la actual fase de rehabilitación de la muralla. Se va a hacer ahora, seguramente durante los meses de verano. Sobre ese relleno, la pequeña explanada con césped, es donde se han estado organizando los conciertos y actuaciones de las noches del baluarte de los Pozos. Tras la retirada parcial del relleno, se taponará también la grieta por el interior y se drenarán las humedades.

¿Por qué ahora? Porque esta obra de emergencia se puede hacer como un modificado de la primera fase de la restauración de la muralla, que se financia con el 1,5% que el Ministerio de Fomento destina de su presupuesto a la conservación del patrimonio. Este modificado se cuantifica en 152.000 euros. Además se hace ahora antes de que acabe la primera fase, que tiene un porcentaje de ejecución del 96%, para que también se puedan ampliar los plazos de la presentación y justificación de los certificados de obra.

Vista de la excavación que ya se ha hecho en el relleno del baluarte que da a su cara este. EL PERIÓDICO

PATIO DE ARMAS / Al realizar los trabajos de limpieza en el lienzo este del baluarte se confirmó la presencia de una grieta «muy profunda que discurría desde arriba y hacia abajo» y se comprobó que «podría seccionar totalmente el adarve». Se estudió el origen de este problema. Los resultados fueron que esta zona del baluarte era antes una plaza de armas, pero en 1721 se empezó a rellenar con escombros de la excavación de las obras para la construcción del aljibe, la iglesia (Preciosa Sangre) y el colegio de los Jesuitas. Sobre estos escombros se echaron más hasta que el espacio se convirtió en un huerto, que se cultivó y explotó hasta hace dos década, en los últimos años ha formado parte del centro de interpretación del baluarte de los Pozos y en este espacio se han organizado los conciertos de la noche del baluarte.

El resultado fue la creación de un recinto, en su origen hueco y destinado a plaza de armas, cercado por muros de cal y de mampostería de piedra que están sometidos «a unas importantes presiones que se agudizan cuando las aguas subterráneas y las aguas de lluvia anegaban las tierras» que rellenan este espacio, según se detalla en el resumen del modificado de proyecto de obras que este jueves distribuyó el ayuntamiento.

La grieta actuó como drenaje de este relleno y durante años evitó la ruina de los muros. Hace setenta años se hizo una primera restauración del lienzo y se selló la grieta por el exterior. Ese desagüe se acabó convirtiendo en un dique de contención, «con lo cual las aguas que retenían las tierras comenzaron a causar que el lienzo actuara como una esponja con las degradaciones que hemos encontrado», según se detalla en el resumen del modificado.

Ahora se ha dado la misma situación que hace setenta años, pero esta vez se quiere dar una solución antes de que lleguen las lluvias del otoño y este espacio se siga deteriorando más. Lo que se va a hacer es retirar una parte del relleno, el que da a la cara este del baluarte, ataludar el terreno y drenar las bases de los dos taludes, protegiéndolos con una malla sobre la que se sembrarán especies vegetales tapizantes. Después de retirar la tierra se restaurará la cara interior los muros y se incorporará un sistema de evacuación de las aguas en la cota inferior de la excavación del relleno. En un futuro, y en alguna otra fase de la intervención, se procederá al retirado de todo el relleno.

Las obras de esta primera fase se adjudicaron a la propuesta de Cyrespa Arquitectónico por un importe de 760.000 euros, con una baja de más de 200.000 euros. A este precio de adjudicación se sumarán ahora los 152.000 euros del modificado de proyecto.