Lo más seguro es que haya feria. A todos les interesa, al ayuntamiento, para ir creando una sensación de vuelta a la normalidad, y a los propios empresarios del sector, que necesitan retomar la actividad tras más de un año de parón. Pero qué tipo de feria y cuándo es lo que está por decidir. Los feriantes le han echado un pulso al ayuntamiento. La feria de Cáceres es la primera de las fiestas de las grandes ciudades. Lo que se decida aquí marcará un precedente para lo que se acuerde con posterioridad en Plasencia y Badajoz, las siguientes en el calendario. Esto es un factor que explica por qué los feriantes se concentrarán el próximo lunes en la plaza Mayor

Es una feria distinta. De celebrarse será el primer gran evento después de desatarse la crisis del coronavirus. Se cuenta con una guía con las recomendaciones del SES, unos consejos con unas condiciones que complican la celebración de una feria y que incrementan el coste, tanto para el ayuntamiento como para los propios feriantes. La seguridad es lo primero porque una feria no puede convertirse en un foco de contagio del virus. Sin ese esfuerzo extra de unos y otros, si que no habrá feria y no gana ninguno.

Que se debata ahora sobre si hay o no feria con la que está cayendo es un asunto desde luego menor. Pero lo que está detrás es cómo se va recuperando la normalidad, cómo de vuelve poco a poco a la vida anterior a la crisis sanitaria con actividades de todo tipo.

Las posiciones están distantes, como al inicio de cada negociación, y las causas que dan unos y otros para que no haya un acuerdo tampoco coinciden, como al inicio de cada negociación.

El ayuntamiento argumenta que la causa por la que no hay un acuerdo es que los feriantes quieren que no se les cobre la tasa que cobra el consistorio. La ocupación de cualquier suelo o espacio público requiere un pago, sino cualquiera podría hacer uso de lo que es de todos. Aquí el gobierno local no va a transigir, no lo hizo cuando los hosteleros de la ciudad pidieron la exención de la tasa de terrazas de 2020 (hasta que se modificó la ordenanza para 2021 no se aplicó esa exención), ni cuando otros colectivos empresariales de la ciudad lo reclamaron, ni siquiera cuando se pidió que no se cobrase la tasa de basura de los meses del cofinamiento. Si la única causa es la tasa, ya podemos adelantar que no habrá feria.

Pero los hosteleros dieron este sábado otra razón. Ellos hablan de discriminación, de que no se puede celebrar una feria dejando fuera a parte de los empresarios del sector (tómbolas, casetas de juegos, negocios de comida y restauración...). En esto el ayuntamiento ha abierto la mano, de su postura inicial de que solo hubiese atracciones ha pasado a dejar que se instalen algunas casetas de juegos y tómbolas, pero nunca negocios de comida, bebida o restauración, no quiere crearle una competencia a los negocios de la ciudad justo cuando con la relajación de las medidas están viendo que hay más movimiento.

La semana que viene será la de un tira y afloja, en el que habrá ruido, distanciamiento y acercamiento. Habrá feria o no, mal tiene que salir todo para que no la haya. Pero si depende de la tasa, el ayuntamiento ya ha dicho que no. Si depende de los negocios de comida, el gobierno local ya ha dicho que no. Los feriantes se la juegan en Cáceres y el ayuntamiento también se la juega en Cáceres con una feria que se le fuera de las manos.