No fue la velada más exitosa que se recuerda en los San Pancracio porque ni las circunstancias ni los ánimos están para ello. No hubo ropas de gala, tampoco joyas, ni un solo taconazo, ni discursos esplendorosos, ni el aforo abarrotado que siempre ha ovacionado a lo más granado del celuloide. Pero el Festival de Cine Español de Cáceres ha sido el único evento de la ciudad que no ha suspendido ninguna edición por la pandemia, y ayer salvó la más complicada de su larga trayectoria de 28 años. El buen hacer de los actores y los músicos hizo entrar en calor al Gran Teatro en cuanto se apagaron las luces y comenzó la fiesta.

El momento de la noche fue sin duda la entrega del San Pancracio de Honor a Marisa Paredes. El público se puso en pie mientras ella se deslizaba hacia el escenario sobre una falda de mil vuelos y una camisola verde esperanza. La suya fue sin duda la mejor intervención, la más humana y la más reflexiva. «Ha sido un año horrible. Hemos perdido a muchas personas. Pero por todo ello he sentido que el hecho de estar vivos es un privilegio, que la vida es hermosa, que las circunstancias dejan claro que todos somos iguales. ¡Viva la vida, viva el arte, viva la cultura y viva la libertad!», dijo, reconociendo al público su amor por el cine. «Sois imprescindibles», agradeció.

También resultó entrañable el discurso de Carolina Yuste, que recogió el galardón Reyes Abades con el que este festival premia la aportación de los extremeños al cine. La actriz, que siempre ha querido una plaza en Badajoz antes que un Óscar, de momento ya tiene su San Pancracio. Su «gracias por el premio» le salió a modo de suspiro, y dijo sentirse «profeta» en su tierra, que es mucho decir. «Aquí en Extremadura somos un equipo», destacó.

Ovación por ‘Patria’

Otra de las más ovacionadas fue sin duda Loreto Mauleón. Su papel en ‘Patria’ como mujer condenada a una silla de ruedas por culpa de un ictus le ha valido este San Pancracio a Mejor Actriz de Series, y un gran reconocimiento del público que ayer quedó patente. Agradeció al festival el coraje «para organizar una edición en estas circunstancias».

El premio a Mejor Actor de Series fue para Darío Grandinetti por su personaje en ‘Hierro’. Envió un vídeo desde Argentina, donde rueda en estos momentos, lamentando su ausencia en la gala y «en una ciudad tan preciosa como Cáceres». Aprovechó para elogiar la celebración de un certamen dedicado al cine «en momentos tan complicados».

Seguidamente, Pilar Palomero recogió el Premio Revelación como directora de la exitosa película ‘Las niñas’, un retrato de la infancia en los años 90 que ha tenido el valor de proyectarse en plena pandemia . «Este festival me ha reconectado con la normalidad, estamos pasando una estancia maravillosa en Cáceres y quiero ser optimista, quiero volver con más películas, debemos seguir luchando por nuestra dignidad como creadores y cineastas», matizó.

También se mostró «emocionado» el actor Gonzalo de Castro al subirá recoger su premio a Mejor Actor por la comedia ‘La maldición del guapo’. «Son ya muchos meses de sequía para los que nos dedicamos a este oficio milenario», confesó.

Rodaje en Cáceres

La estatuilla a Mejor Actriz fue para Nathalie Poza por su papel en ‘Invisibles’, película de Gracia Querejeta rodada en Cáceres, muy especialmente en el Parque del Príncipe, espacio del que la premiada dijo que había sido «un personaje más». La actriz guarda muy buenos recuerdos de esos días y agradeció «la acogida» de la ciudad. Su dedicatoria fue para Mª Luz Cabrera, la maquilladora del filme que falleció hace unos meses.

El público también se entregó con el galardón a la Mejor Dirección, que recayó en la cineasta más internacional del momento, Isabel Coixet, por su película ‘Nieva en Benidorm’. De ella se destacó ayer su valentía y su versatilidad, que desde luego dejó claro cuando subió al escenario con una presencia arrolladora. Calificó su San Pancracio de «regalazo».

Tal y como declaró el director del festival, Paco Rebollo, fue una gala marcadamente femenina que por primera vez en 28 años ha conseguido entregar los premios Revelación, Mejor Dirección y Reyes Abades a tres mujeres. Y todo ello envuelto en la suave voz de la cantante Olana Liss, y de las jóvenes María González y Mar Cabrera, que dieron la sorpresa de la velada. San Pancracio resistió. El cine resistirá. Y habrá otros años para contarlo.