El turismo deportivo y el turismo náutico están aumentando por esa búsqueda de actividades sanas al aire libre. Y Cáceres es un auténtico paraíso de agua dulce. Solo los pantanos de Alcántara, Valdecañas y Gabriel y Galán reúnen el 40% del agua que contienen los ocho grandes embalses de Extremadura (más de 500 hm3). En total, la provincia tiene una capacidad superior a los 6.000 hm3 embalsados y hay datos sorprendentes: más de la mitad de las aguas de la cuenca del Tajo están en tierras cacereñas, ocupan más del doble que la cuenca del Miño, y equivalen a toda la del Duero. Además, Cáceres ofrece casi 300 kilómetros de ríos navegables, excluyendo el Tajo (en su mayoría embalsado), y 40 zonas de baño autorizadas.

Con estos recursos, la pregunta es obvia: ¿Para cuándo el ‘boom’ del turismo náutico en Cáceres? Pues bien, ya se está gestando. Existen una veintena de actividades acuáticas y subacuáticas que se pueden realizar a lo largo y ancho de la geografía extremeña a través de veinticinco empresas asentadas en el territorio. La oferta náutica de ocio y deportiva de la provincia incluye travesías y descensos en piraguas, kayaks, canoas, práctica de paddle surf, ‘wakeboard’, windsurf o kitesurf, entre otras, así como rutas en vela y en embarcaciones a motor. Las empresas están trabajando muy bien pero hay que darles cohesión para crear un producto con garra de cara al visitante.

RÍOS NAVEGABLES



  • ALAGÓN: Es el más significativo de Cáceres junto con sus tributarios (Francia, Hurdano, Los Ángeles, Árrago…). A su vez, el Alagón es el afluente que más agua aporta al Tajo. A lo largo de sus 200 kilómetros baña las comarcas de Las Hurdes, Granadilla-Trasierra de Granadilla, Valle del Alagón y Tajo Internacional.


  • JERTE: Se trata del segundo por su importancia. Afluente del Alagón, recorre todo el Valle del Jerte, Plasencia y Valle del Alagón, recogiendo el caudal de distintas gargantas donde varias empresas ofrecen actividades de aguas bravas. Culmina su viaje de 70 km. en Galisteo.


  • TIÉTAR: Ocupa el tercer lugar. Recorre La Vera hasta llegar al Tajo en el Parque Nacional de Monfragüe. Desde el propio Monfragüe el río Tajo va embalsándose en el pantano de Alcántara.

Y ahí ha entrado en juego la Diputación Provincial, que acaba de impulsar la elaboración de un catálogo de productos turísticos náuticos deportivos a través del aprovechamiento de las láminas de agua en la geografía cacereña. Quiere soltar amarras y lo está haciendo en el marco del Proyecto Estrategia Global de Desarrollo Turístico en la EUROACE (en colaboración con Portugal), cofinanciado al 75% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

«El objetivo es diseñar este producto náutico poniendo en valor el recurso del agua, identificando la oferta existente, ayudando a la creación de nuevas experiencias y creando un catálogo», explica Patricia Valle Corriols, responsable de Turismo de la Diputación de Cáceres. De hecho, se acaban de celebrar los tres primeros talleres en los embalses de Valdecañas, Garrovillas y Gabriel y Galán, donde la diputación ha reunido a emprendedores y empresarios especializados en turismo náutico deportivo, asociaciones, clubs y federaciones.

«La provincia de Cáceres no es suficientemente conocida por este aspecto pese a que sus grandes recursos de agua se pueden disfrutar en diferentes épocas del año. Hablamos, además, de ríos y pantanos rodeados de una naturaleza increíble, a los que se une el clima extremeño, que permite realizar actividades en primavera, verano y otoño», subraya la diputada. «En definitiva, agua, paisajes, gastronomía, bellos pueblos, buenas vías de comunicación... Nuestro objetivo es crear un destino turístico para los 365 días del año», destaca.

Diputación ya ha iniciado el estudio del sector. Según sus datos, durante los meses de verano (junio-septiembre) se concentra más del 70% de la actividad náutica y la demanda por parte de los clientes. Le sigue la primavera (marzo-mayo), sobre todo las fechas de Semana Santa, que desempeñan un papel destacado. Y es que «las láminas de agua dulce brindan la oportunidad de realizar actividades deportivas y de ocio, y disfrutar de experiencias únicas en entornos naturales poco masificados», subraya el informe. Por su parte, la oferta náutica dirigida a la pesca concentra el 40% de la demanda en primavera, el 30% en otoño y el resto en verano, menos demandado por las altas temperaturas.

DE LOS BARQUEROS A LOS TÍTULOS UNIVERSITARIOS

  • La actividad náutica en la provincia de Cáceres comenzó cuando los antiguos barqueros transportaban personas y mercancías por el Tajo y sus afluentes.
  • Ya en los años 50 del siglo pasado se construyeron grandes pantanos y en los 60 se fundaron las primeras asociaciones y clubes náuticos en Borbollón, Alcántara, Sierra de Gata y Gabriel y Galán, donde hoy se ubica el Centro de Referencia de los Deportes Náuticos: el Anillo.
  • En los años 90 comenzó la profesionalización del sector con la apertura de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Uex y los ciclos de FP.
  • A principios del siglo XXI llegaron las titulaciones de Vela, Windsurf, Remo, Piragüismo en aguas bravas o Barranquismo.

Además, este estudio analiza el perfil del visitante que suele practicar dichas actividades, y diferencia entre turista náutico y turista náutico deportivo. El primero es una persona de un rango de edad de 45 a 55 años y suele viajar en familia o en pequeños grupos de amigos, con un poder adquisitivo medio-alto o, incluso, alto. «Realiza viajes que normalmente alcanzan la semana con el objetivo de conocer un lugar nuevo, poco masificado y donde pueda descansar y alejarse de su rutina», matiza el informe.

Mientras, «el turista náutico deportivo tiene un rango de edad de 32 a 49 años (más joven que el anterior), y siente afición por la naturaleza y el entorno ambiental. Además le gusta la aventura. Suelen ser personas con estudios superiores que prefieren contar con un instructor para realizar este tipo de actividades. La duración de sus viajes está en poco más de una semana.

«Resulta interesante ver como en función de la modalidad y su procedencia, el rango de edad del turista cambia. Por ejemplo, en actividades como el paddle surf el turista es más joven y suele ir en grupo, mientras que en actividades como la vela suelen ser parejas de una media de 35 años», indica el informe de la diputación.

Pues bien. Toda esta información debe aplicarse a los numerosos recursos existentes para el lanzamiento del sector en Cáceres. «Un objetivo que necesita la colaboración entre entes públicos y privados, los primeros dando soporte, los segundos explotando dichos recursos. De hecho, la participación empresarial en los talleres ha sido muy importante, hay que felicitarles por el trabajo que están realizando y por su implicación», destaca la diputada de Turismo.

Eso sí, por el camino habrá que ir solventado algunos escollos, «como la legislación tan difusa que existe en torno a los pantanos, y que es el principal problema del empresario», destaca Patricia Valle. Éstos y otros temas, como las claves, las herramientas y la metodología para el diseño de productos y experiencias náuticas, ya se han abordado en los talleres. Ahora toca seguir remando todos a una.