El pleno de la corporación local aprobó este jueves una moción por unanimidad por la que el Ayuntamiento de Cáceres se compromete a la realización de una revisión fiscal, la aplicación de nuevos incentivos y la reforma del calendario fiscal. Ninguna de estas decisión podrá entrar en vigor antes del próximo 1 de enero y la que afecta al calendario no depende solo del ayuntamiento, sino también del organismo autónomo de la diputación provincial que se encarga de la recaudación de los tributos locales.

La moción que se ratificó es institucional, no ejecutiva, que de haberlo sido hubiese llevado seguramente un informe en contra de la Intervención municipal, que en el último año ha alertado en más de una ocasión de la falta de ingresos necesarios para los gastos comprometidos que tiene el ayuntamiento. La efectividad de esta moción dependerá de las ganas que ponga cada grupo político para que se cumpla. El acuerdo adoptado este jueves es tan genérico que puso de acuerdo al PP, que ha defendido una bajada de impuestos, y a Podemos, que ha abogado por volver a poner el tipo impositivo del IBI en el mismo porcentaje que había antes de las dos bajadas aprobadas en la pasada legislatura. La mayoría de las últimas corporaciones locales han afrontado revisiones. Con José María Saponi hubo dos, una de ellas con Juan del Pozo como concejal de Economía y la otra con Felipe Vela. Y Elena Nevado hizo una revisión de la mayorías de las tasas en su primer mandato. Y en la siguiente bajó el tipo del IBI en dos ocasiones por el acuerdo PP-Cs.

El contenido de esa revisión no se concretó en el pleno. El PP, que fue el que presentó la moción, dio a conocer el pasado mes de octubre una batería de medidas que se centraban en bonificaciones en los impuestos locales. El margen de maniobra es escaso porque la capacidad fiscal del ayuntamiento está acotada. Salvo en el IBI, en el resto de los cuatro impuestos no hay mucho margen. Y luego hay otro factor que es importante: si por efecto de esta revisión se produce una reducción de los ingresos del ayuntamiento se tendrá que concretar de qué gasto se puede prescindir. Todas las revisiones que se han hecho han conllevado subidas, pero de lo que se ha hablado este jueves es de bonificar, nadie dijo la palabra subida.

La decisión parte de una moción del PP que tuvo el respaldo de todos los grupos

La moción fue defendida por la concejala del PP, Elena Manzano. Argumentó que es un contrasentido que a los contribuyentes se les esté pidiendo por el ayuntamiento el mismo esfuerzo fiscal que antes de la pandemia. Y recordó como la ley de haciendas locales permite al ayuntamiento ampliar las bonificaciones que aplica en sus impuestos. Manzano, profesora de Derecho Financiero y Tributario en la Facultad de Derecho, reclamó que se actúe porque «ya vamos muy tarde» e insistió en que una revisión no tiene por qué suponer «una pérdida recaudatoria» para el ayuntamiento, pero sí puede significar «un alivio para las empresas y para las personas».

La réplica a su intervención se la dio la concejala de Economía, María Ángeles Costa, que calificó la moción de «populista» porque cuando los populares han gobernado en el ayuntamiento «no han aplicado ni bonificaciones ni rebajas porque saben que no pueden hacerlo» dado los gastos comprometidos que tiene el ayuntamiento. No obstante, Costa reconoció la necesidad de este reforma que «beneficie» a los que más lo necesitan, aunque sin que esto conlleve una merma de los servicios que se prestan por el ayuntamiento.

La última revisión fiscal de calado se hizo en 2012 y afectó a la mayoría de las tasas

La revisión fiscal es una de las condiciones del pacto para la legislatura entre PSOE y Unidas Podemos. Su portavoz, Consuelo López, precisó que el segundo punto de la moción (incentivos a los sectores más afectados por la pandemia) no solo tendrá que referirse a las empresas, sino también a aquellos trabajadores que perdieron su trabajo o que se vieron afectados por expedientes de regulación.

El edil de Cs, Antonio Bohigas, echó en falta en la moción la documentación que detalle qué tributos se pueden modificar y su incidencia en el presupuesto. El concejal no adscrito, Francisco Alcántara, del partido político Cáceres Viva, argumentó que una bajada de impuestos ahora puede dar lugar en un futuro a una mayor recaudación si ayuda a generar más actividad. Alcántara ya abrió este debate con una moción que presentó en octubre. El también no adscrito Teófilo Amores calificó de sensata la moción, defendió la aplicación de incentivos fiscales, pero teniendo en cuenta que esto no reduzca los servicios y ayudas que presta el ayuntamiento. 

Los principales tributos locales y su previsión de ingresos para este año

IBI urbano. 22.687.865 euros

Es el impuesto municipal que más se ha modificado en los últimos años y es el único gran tributo local. Tocar su tipo, bien con una subida o una bajada, afecta a todos por igual. La opción son las bonificaciones, con su ampliación, o variar el tipo a colectivos específicos, ya se hizo en 2012. 

Vehículos. 4.162.000 euros

Su tarifa no se toca desde 2006. Se paga en función de las caballos fiscales y del tipo de vehículo. No hay grandes diferencias entre un tramo y otro. Se puede gravar más a los más altos y reducírselo a los más bajos. Luego está la posibilidad de ampliar las bonificaciones que permite este tributo.

Construcciones. 3.000.000 millones

El tipo impositivo de este impuesto no se toca desde 2003. Es del 3,6% del coste de ejecución. Si se decide no tocarlo, están las bonificaciones, las hay por obras que se acometan en el recinto intramuros, por razonas sociales o por el número de empleos que se generen con la actividad.

Plusvalía. 600.000 euros

La sentencia del Tribunal Constitucional ha reducido sustancialmente la recaudación de este tributo y ha dado pie a numerosos procesos judiciales en los que se recurre el cargo o se pide la devolución de lo pagado. Su tipo tampoco se toca desde 2003, al igual que los demás permite bonificaciones.

Actividades (IAE). 1.800.000 euros

Este tributo, que llegó a ser uno de los más importantes, quedó recortado hace casi veinte años cuando se limitó su pago a las empresas con un importe neto de cifra de negocio superior al millón de euros. Además Cáceres, a diferencia de otros municipios, no recibe compensación de Hacienda.

Tasa basura. 4.162.000 euros

El importe de la tasa está sujeto al coste del servicio, es para eso. En uno meses se sacará a licitación la concesión de la gestión de este servicio. Esto puede hacer variar la tasa. En 2012 se aprobó la última subida, que afectó a las 500 calles que están entre la 1 y la 5 categoría del callejero fiscal.

Tasa cementerio. 250.000 euros

Esta tasa sufrió una modificación sustancial en 2012, con un incremento del precio del nicho y con una nueva tarifa que incorporó variables como el recinto dentro del camposanto donde está el nicho y el tipo de la construcción del mismo, criterios que se sumaron al de la altura del nicho.

Tasa grúa. 150.000 euros

También se modificó en 2012, no se tocaba desde 1999. Hace diez años se aprobó que el coste de la grúa pasase de 60 euros a 100 para los turismos, entonces también se incrementó la tasa por el resto de vehículos y el importe a pagar por cada día que el vehículo pasase en el depósito municipal.

Tasa cocheras. 1.450.000 euros

Es la que genera más ingresos tras la tasa de basura. En este caso se paga por el uso y paso por el acerado. La última modificación se aprobó en 2013. Entonces se decidió incrementar el importe por el pago de los garajes de bloques comunitarios y se redujo en los garajes de las unifamiliares.

Visitas turísticas. 150.000 euros

El último cambio se aprobó en 2014 cuando se decidió cobrar por la entrada a todos los recintos turísticos gestionados por el ayuntamiento, como la torre de Bujaco, el centro de divulgación de la Semana Santa que está en la Preciosa Sangre o el baluarte de los Pozos.