Con camisa blanca de cuello mao, el portavoz Andrés Licerán, ha estrenado esta mañana la primera comparecencia tras la junta de gobierno local que se celebra a cielo abierto desde la pandemia y no vía streaming. Lo ha hecho con una noticia que le ha obligado a agarrar bien las manos al atril para no perder la compostura: se ha detectado en Cáceres un brote con tres positivos y seis contactos estrechos que "nos hace ponernos en tensión y llamar a la máxima precaución", ha aseverado el concejal.

El brote es de origen laboral y parece "estar controlado" aunque "volvemos a tener las alarma en funcionamiento". Es verdad que esas alarmas siempre han estado ahí pero esta semana se han dejado notar después de que, además, el Sistema Extremeño de Salud haya confirmado un "moderado repunte" de los casos de coronavirus en la ciudad. Así, la incidencia a 14 días sube a 44 casos, y la de 7 lo hace a 29. Esta semana se han producido 28 contagios. "Nos obliga a realizar un llamamiento a la prudencia".

De todos esos casos, 10 se han diagnosticado en el Centro de Salud Manuel Encinas, es decir, en la zona norte, lo que confirma "que no hay que estigmatizar a determinados barrios" (Aldea Moret había sido muy castigada) porque este virus no entiende de posición social y ataca a todos por igual.

Entretanto, el calendario de vacunación continúa ascendente en Cáceres. De hecho, entre sábado y domingo se está citando a los nacidos en 1980. La semana que viene se realizará un llamamiento sin cita a los que de esa década no hayan podido vacunarse. A principios del mes de julio le tocará el turno a los de 39-30 años.

Y todo esto justo el día antes en que, dentro de las flexibilizaciones del Ministerio de Sanidad por una relajación de la pandemia, llega mañana la retirada de la mascarilla. Licerán ha insistido en que deben usarse en lugares cerrados, al aire libre si no se garantiza la distancia de seguridad de 1,5 metros, y si se producen aglomeraciones.

Al fin de los tapabocas se unen el cierre de la hostelería a las 3 de la madrugada ("solo para los que tienen licencia horaria", ha precisado el portavoz) y la vuelta de las barras en los bares. "Tengamos especial cuidado", advierte Licerán.

Al ayuntamiento, es evidente, le preocupa todo esto en una época en la que Cáceres se ha convertido en uno de los destinos estrella del turismo nacional e internacional, y en el que regresan no solo los turistas sino también los viajes de fin de curso. "Si se pueden evitar, mejor", ha aconsejado teniendo en cuenta que "los jóvenes aún no están vacunados y no queremos retroceder".

El virus no para, aunque no debieron pensar eso los 11 jóvenes propuestos para sanción por una infracción leve de la ordenanza de convivencia a los que sorprendió esta semana la policía local por hacer una fiesta en un piso de la avenida Isabel de Moctezuma. "Eran las 4 de la mañana", afeó Licerán.

Y ahí no queda la cosa. Los agentes también han identificado a otras seis personas, esta vez dedicadas a la venta ilegal de cerezas en la plaza de América. Se les decomisó la mercancía y se les propuso para una sanción de 90 euros. "No solo son una competencia desleal a los comerciantes porque carecen de licencia para efectuar este oficio ambulante sino que su actitud no cumple con las medidas sanitarias como el gel hidroalcohólico y la distancia de seguridad".

Que claro: no hay que bajar la guardia. El covid, de momento, acecha, y mucho.