Quizás los tiempos de la pandemia y la crisis del coronavirus no fueron los más propicios para montar un negocio. Pero en Cáceres afloraron brotes verdes. El joven emprendedor Adrián Alcalá Montes es optimista e inauguró hace ocho meses el establecimiento 13 de Junio Bocatería y Cervecería, situado en la avenida Virgen de la Montaña, a escasos metros de la plaza de Colón. En lo que fue el Bar Marbella, uno de los más populares y tradicionales de la ciudad.

«En el barrio algunos me preguntaban cómo pude abrir dadas esas circunstancias pero la mayoría me dicen que adelante, me apoyan y nos felicitan por echarle la valentía de abrir y nos desean que nos vaya genial. Tengo muchísima ilusión», cuenta el dueño de este establecimiento que es natural de Córdoba, aunque tiene familia cacereña.

«En el barrio nos dicen todos que adelante, me apoyan y nos felicitan por echarle valentía»

Nos gusta hablar con las personas de los bares y restaurantes que visitamos para conocer más de cerca el por qué de su proyecto y la trayectoria e historia del negocio. Siempre hay una pregunta más que obligada: ¿Cómo definiría Adrián su cocina? Y su respuesta nos pareció de lo más sencilla y maravillosa: «Nuestra cocina es una cocina para hacer feliz a la gente. Además tengo un seguro y a la mejor trabajando en ella, que es mi madre Juani».

La anécdota

El día a día se cubre con platos que miran especialmente al sur. También disponen de una rica y amplia variedad de raciones. «Poseemos diferentes promociones: los jueves tercio de cerveza a un euro», cuenta con amabilidad. «Y nos visita un público de todas las edades. Cada jornada se puede disfrutar y saborear los mejores aperitivos caseros».

Así, de martes a domingo, elaboran una propuesta casera y muy recomendable: desayunos, flamenquines, salmorejo, rabo de toro, carne con tomate, caracoles, pescado frito (palometa en adobo, también llamada ‘japuta'). ¿Japuta? Ante la pregunta, responde que «la traducción de este pescado en árabe suena como japuta, y por eso la llaman así, y la otra versión es -aclara a carcajadas- porque un pescadero al percatarse de lo dura que es para limpiarla, exclamó: ¡Qué dura es la japuta!»

En este bar cacereño los fogones se han adaptado igualmente a otros formatos más rápidos como bocadillos, perritos calientes o paninis. Y del mismo modo, se puede pedir a domicilio un recetario variado y bueno. «Perdona, que me entra gente. ¡Hola! ¿Qué tal, mi niño?» Así se despacha en este establecimiento en el que durante la entrevista no ha cesado el trasiego.

«Y ahora nos toca resistir con la crisis del covid-19, pero no nos podemos quejar», indica, que revela la receta que aplica cada día junto a sus trabajadores: «Buen trato al cliente, ponérselo fácil, y sobre todo cumplir las medidas sanitarias a rajatabla». Entre semana cierran de 16.00 a 20.00 horas por las altas temperaturas.