La noticia la acaba de avanzar Antonio Garcia, del grupo de Facebook Bares Antiguos de Cáceres: "Me comunican el fallecimiento de Julián Borrella, toda una vida dedicada a la hostelería, desde que comenzara, siendo un niño, en El Pato, allá por los años 70". Y recuerda: "En el barrio del Perú tuvo su propio bar, 'Julián', durante más de tres décadas, y era una persona muy apreciada entre sus clientes y amigos. Sin tener todavía edad de jubilación, Julíán nos ha dejado casi sin avisar".

Julián Borrella era una persona entrañable, amante de la tauromaquia, una afición que se remontaba a sus años trabajando en el restaurante de Emilio Rey en la plaza Mayor. Junto a su mujer abrió en la calle Lima uno de los bares más míticos de la ciudad. En su negocio tuvo la oportunidad de aunar el toreo y la hostelería. De hecho el bar era el lugar de encuentro de los taurinos cacereños, que se juntaban en las temporadas de toros para ver las corridas por televisión.

Ese bar, templo taurino de Cáceres, destacaba por sus paredes sobre las que colgaban decenas de fotografías de toreros y carteles taurinos como los de Curro Díaz, su favorito, Joselito, José María Manzanares, Enrique Ponce, Finito de Córdoba o Guerrita Chico. El bar llegó a tener una peña, la del matador Manolo Bejarano, quien en sus redes sociales ha dicho: "Grandiosa persona nos ha dejado hoy; todo mi apoyo a su mujer y sus hijas. Siempre te estaré agradecido Julián. Fuiste un pilar importante en mi carrera. Gracias por tu amistad. Nunca te olvidaré".

Julián llegó al Perú cuando solo había una calle, Antonio Floriano Cumbreño; el resto era todo campo. Hoy su barrio no puede evitar una lágrima al recordar a su queridísimo hostelero.