Cuando piensas en una vida saludable, lo primero que se te viene a la cabeza es tener una buena salud, tanto física como mental. Disfrutar de un bienestar psicológico proporciona al físico la vida de calidad que tanto buscan las personas. La crisis sanitaria del coronavirus ha interferido en ello, afecta al cuerpo y a la mente en conjunto. Por eso, muchos de los trastornos mentales diagnosticados se han agravado desde que empezó la pandemia.

Para abordar esta situación, en diciembre de 2020 nació la Asociación de Trastornos Obsesivos Compulsivos de Extremadura, sin ánimo de lucro, con el objetivo de ayudar a las personas que los padezcan informándoles, apoyándoles y orientándoles en su vida diaria, pero también a sus familiares.

Se trata de darles visibilidad, normalizar la importancia de la salud mental y divulgar su acción a través de instituciones como el ayuntamiento, mediante mesas informativas o en los propios colegios. El colectivo propone además la agrupación de los pacientes para trabajar de forma coordinada en las soluciones que se planteen, denunciar las situaciones que de forma injustificada sean discriminatorias para los afectados, estar en contacto con profesionales para ayudarles, estimular la investigación y colaboración con instituciones, promover la relación entre los pacientes, y desarrollar cursos y actividades con el fin de conseguir una mayor relación y calidad de vida de ellos y su entorno.

Vanessa Santano, presidenta de la Asociación de Trastornos Obsesivos Compulsivos, cuenta cómo ha nacido esta asociación. «Ha sido una idea personal debido a mi experiencia». Su hijo, a los 7 años, mostraba síntomas pero a raíz de la pandemia comenzó a empeorar. A los 9 años, el psicólogo y el psiquiatra le comentaron que el niño tenía un tipo de trastorno obsesivo compulsivo con la contaminación, «no podía tocar nada ya que pensaba que estaba todo contaminado». Los padres no se podían acercar y se lavaba las manos al día unas veinte veces. A causa de esto, Vanessa estuvo buscando asociaciones y se percató de que en Extremadura no había ninguna. «Me vi sola, ya no es solo el trastorno que padezca la persona sino el sufrimiento que proporciona a la familia», lamenta.

Una vez creado el colectivo, fue incorporado a la Sección 1º del Registro de Asociaciones de la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Extremadura. También forma parte del Consejo Regional de Salud Mental de Extremadura. Actualmente ya cuenta con 60 socios, la gran mayoría de los integrantes son de la provincia de Cáceres, otros de Badajoz y algunos de Madrid y Málaga. Los hay que padecen el trastorno, otros son psicólogos y la mayoría familiares. Están haciendo fuerza para dar voz, para que las personas afectadas normalicen el trastorno y para reforzar mediante los organismos públicos el trato especializado a los usuarios.

Una sede

De momento no disponen de una sede física pero tienen previsto crearla a fin de contar con un apoyo mutuo presencial y vía ‘on line’. Según Vanessa Santano, «el problema reside en que los organismos públicos no pueden subvencionar actualmente», aunque les han dado buenas expectativas. Además han logrado mucha visibilidad para la asociación mediante las plataformas digitales.

La presidenta precisa que, según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cinco niños y adolescentes sufre un trastorno mental. Cerca de la mitad hace su aparición antes de los 14 años, y en mayores de 60 se produce un 15%. Reitera que «es importante visibilizar y normalizar los problemas relacionados con la salud mental porque hay personas afectadas que se sienten solas y como un bicho raro en la sociedad».

El próximo 25 de septiembre tendrá lugar un musical benéfico para recaudar fondos destinados a la asociación. El objetivo es disponer de un especialista, para que los usuarios que no tengan la posibilidad de asistir con regularidad a un psiquiatra puedan beneficiarse. La obra lleva por título ‘Jesucristo Superstar’ y se representará en el Auditorio del Parque del Príncipe. Los niños menores de dos años no tienen que abonar su localidad, los mayores de 2 años pagarán 7 euros y los adultos 10 euros.

Para los que no puedan acudir se ha habilitado la fila 0 a fin de que tengan la opción de colaborar de alguna forma con el musical abonando 5 euros. Las entradas se pueden obtener en la web ‘entradium’. También han creado un espacio para recaudar fondos, venden pulseras y cuentan con una tienda solidaria.