Juan Antonio Fajardo Fernández (Cáceres, 1947) acaba de publicar ‘Violetas de amor’, un libro en el que reflexiona sobre la labor social, generosa y desinteresada de las monjas que visten de morado. Su trabajo se lleva a cabo en todas las partes del mundo, dirigido principalmente hacia las clases más humildes y necesitadas de la sociedad. El escritor conversa con El Periódico Extremadura sobre su nueva obra, que define como el «libro de su vida», que ha visto la luz, tras mucho esfuerzo y dedicación, gracias a la editorial Esstudio Ediciones, que acaba de sacar una cuidada tirada plagada de buena escritura, poesía armónica, historias y citas para dejar constancia del papel que juegan.

 «Me he inspirado en la música del cantautor Rogelio Cabado, artista de viva voz y mágico, en homenaje a las religiosas. Las monjas tienen una prensa mala y, en líneas generales se las ve como personajes secundarios, algo que me parece muy injusto», destaca Fajardo con gran pasión. 

Esa misma pasión es la que ha puesto en este libro. «Con Violetas de amor intento sorprender al lector. Desde pequeño me ha llamado la atención la entrega de las hermanas con la gente. Soy un amante de la Semana Santa de Cáceres y del arte de escribir. El secreto para afrontar el folio en blanco es trabajo, trabajo y trabajo. A la famosa musa hay que recibirla con bolígrafo y papel, reflexionando, corrigiendo, descubriendo...», indica el autor en el Paseo de Cánovas.

Por eso, dicha obra resalta el legado de las monjas, viene a remover conciencias. «La creatividad cristiana ha llegado a límites insospechados e incluso ha conseguido traspasar los gruesos muros de los conventos. La gente piensa que las hermanas solo están para rezar, pero la vida religiosa ha cambiado bastante y creo que aportan numerosos granitos de arena en momentos difíciles como los actuales con la pandemia del covid-19». Así de contundente se muestra Fajardo, quien insiste en que «ahora es más necesario que nunca ayudar a los demás».

Igualmente Juan Antonio Fajardo estudió Filosofía (en la época universitaria estuvo tocando la bandurria en la tuna de Magisterio). Después fue maestro en el Colegio Diocesano de Cáceres y funcionario de la Seguridad Social. «Recuerdo con nostalgia el buen tunar; el cantar, el tratar con las personas. Aprendes a disfrutar de la vida de un modo distinto y a trabajar en grupo y desarrollar tus capacidades», apunta con una sonrisa y orgulloso.

La publicación puede encontrarse en Agúndez y Figueroa, librerías cacereñas, por un precio de 10 euros.