La tensión en la plaza de Santiago continúa pese a la presencia policial. A un día de que se celebre el encuentro en la Subdelegación del Gobierno previsto para este lunes con el fin de perfilar un dispositivo policial más contundente, los vecinos volvieron a hablar ayer. Lo hicieron para lanzar casi una súplica. «Tienen que ayudarnos a que Santiago sea una plaza viva», dijo el presidente de la Asociación Ciudad Monumental, Juan Manuel Honrado. Ellos han empezado a poner de su parte adquiriendo materiales para engalanar el barrio. El objetivo es que «no tengamos un lugar desierto, sino que se desarrolle actividad para evitar que emerja la situación de fondo».

Esa situación de fondo a la que se refiere Honrado tiene que ver con la aparición de un grupo de al menos una veintena de personas que se dedican al menudo de droga en el barrio. A juicio de los vecinos la existencia de ‘narcocasas’ en las que se trafica con sustancias estupefacientes ha hecho aumentar este colectivo. Hace unos meses solo estaban cuatro o cinco, ahora ha crecido de manera exponencial y con ello las peleas, las trifulcas, insultos y carreras en una zona presa del abandono y la dejadez. Aún a falta del comienzo de las obras de rehabilitación gracias al acuerdo entre la Diputación de Cáceres y el ayuntamiento, la plaza de Santiago sufre las consecuencias de la delincuencia y del aumento de viviendas turísticas que están provocando un éxodo en el barrio.

Los vecinos denuncian, por ejemplo, que hay un camello que vende droga desde hace 30 años y que los delincuentes pasan el día entero bebiendo alcohol en la calle y meando y cagando en las esquinas, con lo que a los problemas de vandalismo hay que añadir los de salubridad.

Entretanto, la situación de pandemia ha elevado las denuncias y actuaciones de la policía local en todo el entorno del casco histórico. Sin ir más lejos, a las 00:30 de la noche del viernes al sábado en una de las terrazas de la plaza Mayor se tuvo que detener a un individuo que estaba molestando al resto de personas y que incurrió en desobediencia grave al ser requerido por los agentes. Durante los últimos días ya se habían recibido varias llamadas por el mismo motivo respecto a la misma persona, a la que se consiguió reducir.

Precisamente la plaza ha sido lugar de encuentro de botellones y algarabías durante los meses de mayo y junio. Un dispositivo de agentes de la policía local y del Cuerpo Nacional de Policía ha logrado atenuar la situación. Además, desde el pasado lunes las terrazas de la parte baja han reducido número de mesas y sillas, creándose pasillos laterales y transversales que garantizan la seguridad y la accesibilidad a comercios, empresas y viviendas.