De alguna esquina del parque del Dragón llega la música. Rítmica. Urbana. Sentados en un muro, un grupo de jóvenes conversa. Algunos tienen los pies apoyados en su BMX, otros la han dejado en el suelo. En el skatepark de Los Castellanos, José María Galán Rojo (08/11/1994, Cáceres), más conocido como Champi, practica subido a su bicicleta. Empezó a realizar Bicycle Motocross hace más de diez años y sigue. Y seguirá. «El fútbol me aburría. Cuando era más pequeño me fijé en estas pistas por curiosidad. Había mucha gente bastante mayor que yo con skate y con bicis. Me di cuenta de que quería aprender a conseguir eso. Me dejaron una BMX y me encantó. Después de ahorrar un dinero me compré una y poco a poco empecé a ir con frecuencia a las instalaciones», explica a El Periódico con cierta nostalgia.

¿Qué consejos le daría a alguien que está empezando ahora? «Montar en bici es muy bonito: que disfrute y que aprenda los trucos que quiera. Al principio, cuesta un poco porque te tienes que hacer a la BMX, pero cuando empiezas a realizar filigranas te motivas muchísimo y eso te lleva a querer más. Lo más importante es que lo cojan con ganas porque, aunque al principio se haga duro, luego es una sensación increíble. Para mí no fue difícil. Entrené la técnica (hasta cinco horas todos los días de la semana) y no tenía miedo. Si caes, te levantas y ya está. La sensación de volar con la bici es increíble: piensas que no vas alto, pero cuando te ves en los vídeos y fotos... alucinas», responde Galán. 

LAS CAÍDAS

Es un deporte con demasiadas caídas. «Esguinces, luxaciones y golpes están a la orden del día. Nunca he tenido algo grave, como otros compañeros. Es como la vida misma. Se ve como muy arriesgado, pero no lo es tanto. Hay que ir poco a poco y siempre con cabeza», cuenta este experto cacereño de la BMX.

Champi hace una pirueta en el skatepark de Los Castellanos. CARLOS CALATAYUD

Él todo lo ha aprendido de forma autodidacta. Fijándose en las grabaciones que sus ídolos subían a Youtube. Tras un montón de esfuerzo, lucha y sacrificio, dio el salto a nivel nacional en varias competiciones y patrocinado por marcas. «Madrid, Barcelona, Vigo, Málaga... los torneos fueron una experiencia inolvidable, estuvieron muy guay. En ellos he podido conocer a grandes iconos de este mundo. Mi intención era siempre la misma, pasármelo genial y divertirme. Conoces a gente maravillosa. Unas veces ganaba y otras no», dice satisfecho el deportista. 

En realidad, Champi hace un poco de todo. Compagina su pasión por la bici con las motos, el kick boxing y las artes marciales mixtas en el gimnasio Zen en La Madrila con el trabajo (repartidor, empresa familiar, portero de discoteca...). Incluso reivindicar, lo que considera justo: más skatepark para la ciudad.

«Entrené la técnica. Si caes, te levantas y ya está. La sensación de volar con la bici es de diez y maravillosa»

«Echo de menos más lugares donde practicar y mejor acondicionados. Se construyen numerosas pistas de fútbol pero nosotros solo disponemos de dos sitios (Castellanos y Mejostilla) a donde ir en todo Cáceres. Antes éramos grupos de chavales que llegaban a esto de manera individual; actualmente es algo bastante más generalizado y el reconocimiento como deporte olímpico nos ayuda mucho más. Ojalá que el consistorio pueda ampliar las instalaciones», destaca.

El joven cacereño realiza un truco. EL PERIÓDICO

La pandemia del coronavirus ha sido muy dura y le ha pasado factura a este joven cacereño. «Lo cogí en diciembre de 2020», narra José María Galán; su madre también y lo llevaron fatal. «Agradezco de corazón la encomiable labor de los sanitarios», resalta. «Tras superarlo tardé en recuperarme y, después, me costó coger forma. Perdí técnica, pero gracias a Dios me recuperé bien y eso es lo importante», señala mientras sigue volando, surcando los cielos de Cáceres, a lomos de su inseparable BMX.