«Para mí sería y es uno de esos lugares que pondría en una lista sobre los diez sitios de visita obligada en España». Son palabras de María Rivodigo, una turista que viene desde Barcelona. Ella forma parte de esos muchos viajeros seducidos con la magia del casco viejo cacereño. A la mayoría les impresiona su majestuosidad. Una ciudad que, desde 1986, es Patrimonio de la Humanidad precisamente en honor a esas piedras cargadas de relatos. «Es una joya arquitectónica, pero sobre todo está llena de emociones y te transporta a otra época», explica con gran amabilidad mientras observa un mapa turístico en la plaza de San Jorge. 

María Rivodigo, una turista que viene desde Barcelona. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Los piropos abundan entre las opiniones de los viajeros. «Lo más impresionante es recorrerla de noche», aseveran María José Castaño y Alfonso López, una simpática pareja de Elche. Para conocerla al detalle contrataron a un guía turístico con el que recorrieron la zona monumental. «El espacio se encuentra muy bien conservado y las vistas son preciosas», indican desde la plaza de Santa María. De hecho, por las calles se pueden ver abundantes grupos de personas realizando visitas guiadas.

María José y Alfonso, de Elche se preparan a disfrutar de su primer viaje a Cáceres. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Acaban de llegar a Cáceres tras unos días visitando otros lugares de la región. José Manuel Moreno y Lorenzo Fernández vienen de Madrid con sus familias para volver a reencontrarse con la localidad. «Un entorno lleno de historia, parece sacado de un cuento. Merece la pena conocerla. Grandiosa, espectacular... todos los adjetivos que se os puedan ocurrir. Aquí se come de lujo y sois gente muy maja», apuntan. Antes de seguir con el trayecto posan con alborozo para este periódico en el Arco de la Estrella.

«Cáceres es una joya arquitectónica, pero sobre todo está llena de emociones y te transporta a otra época», aseguran

Entretanto, en el Jardín de Doña Cristina de Ulloa se encuentran paseando tranquilamente Vicente Medina y Lima Díaz. Han llegado en coche desde la capital española. Es la segunda vez que viajan a Cáceres, dado que les llama bastante la atención por su historia. «Nos parece muy chula la entrada a la parte antigua. Los edificios respetan la armonía de la piedra y es bello», resaltan. Ambos muestran su amor ante la cámara. 

Vicente Medina y Lima Díaz muestran su amor en el Jardín de Doña Cristina de Ulloa. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

En la plaza Mayor encontramos a Arturo Domínguez, guía turístico en PaseArte Cáceres, una empresa local que realiza estupendas rutas por el casco viejo. «Desde el pasado mes de julio estamos notando que está subiendo un montón la llegada de turistas a la ciudad», responde mientras insiste en que ellos trabajan para que «el cliente se vaya con muy buen sabor de boca». ¿Y de dónde vienen sus clientes? Principalmente de Madrid, Castilla León, Andalucía, Cataluña, Euskadi, Francia, Portugal…, aunque también de otros sitios. «Se nota que la gente tenía muchas ganas de salir», confiesa. «Este sector lo ha pasado bastante mal», recuerda Arturo.

Arturo Domínguez, guía turístico en pasearte Cáceres. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

A escasos metros (en la céntrica Gran Vía) está Beatriz de la Torre, empleada en una empresa que se dedica a organizar recorridos con Tuk Tuks. La firma ofrece una forma de moverse por la ciudad más divertida, desenfadada y distinta, con vehículos eléctricos con capacidad para seis personas, precios asequibles, conductor-guía y una locución que explica la historia y cuenta anécdotas de los monumentos cacereños. «Hace tiempo que no venía tanta gente. Los turistas han vuelto, pero no solo los españoles, igualmente de lugares como Francia, Alemania y Holanda. Esto sí que es una alegría. Confiamos que siga la misma tónica que hasta ahora en septiembre y octubre», asegura.

Beatriz de la Torre, empleada en una empresa de tuk tuks. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Finalmente, la precuela de Juego de Tronos y el museo de vanguardia Helga de Alvear suponen un gran reclamo para el municipio. Por eso, a pesar de las inclemencias y de los baches por culpa de la pandemia del covid, la ciudad comienza a brillar de nuevo. Así lo subraya el concejal de turismo cacereño, Jorge Villar. El edil destaca sobre las cifras de viajeros que «ninguno se esperaba que pudieran batir los récords históricos en el mes de julio». Asimismo precisa que los números han sido «francamente satisfactorios con una cuantía de 31.425 visitantes», no obstante los datos de agosto han sido «espectaculares» y la localidad ha roto los esquemas. 

Jorge Villar, concejal de turismo. FRANCIS VILLEGAS

El optimismo protagoniza este tramo final de la época estival y se extiende por Cáceres, plasmándose en las caras sonrientes de los ciudadanos y turistas. «Somos ejemplo de un destino seguro desde el punto de vista sanitario por nuestras características demográficas, paisajísticas, nuestra oferta de ocio al aire libre y por el enorme esfuerzo realizado y que se sigue llevando a cabo por parte de las administraciones y empresas locales para prestar servicios a los peregrinos», resalta Villar. Un trabajo que ha terminado siendo un éxito