La fiscalía pide 80 años para 24 acusados de tráfico de drogas en Cáceres. Así lo expone el ministerio público, según recoge el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario, en su propuesta de condena para todos los imputados en una gran operación contra el tráfico de estupefacientes en la capital cacereña. Para siete de ellos, reparte 37 años por un delito con sustancias que causan grave daño a la salud pública con penas que oscilan desde los 3 a los 6 años. Para el resto, 17, reparte 43 años entre penas que abarcan entre los 2 y los 4 años por un delito con sustancias que no causan grave daño a la salud pública.

El macrojuicio en el que comparecerán los 24 acusados se celebrará la próxima semana en la Audiencia Provincial, que arrancará el curso judicial con esta vista. De acuerdo al escrito del ministerio público, los hechos se produjeron en 2019 en Cáceres a raíz de una actuación policial el 25 de agosto en la plaza de Andalucía en la que se intervino a un grupo de jóvenes que estaban consumiendo y hachís. Días más tarde, el 12 de septiembre se detuvo a la persona que se encargaba de suministrarles la sustancia de manera reiterada tras un registro en su domicilio en el que incautaron cuatro bellotas de hachís y material para su venta ilícita. Como consecuencia se inició una investigación para determinar el número de personas que se encargaban de introducir y distribuir estas sustancias en la región. El 20 de septiembre se detuvieron a otras dos personas y se localizó a otras tres relacionadas con la venta en Monroy y Miajadas, a los que se les intervinieron los teléfonos móviles. El 12 de diciembre, la policía localizó a una séptima persona relacionada con la trama y al ser localizado por efectivos de la policía salió corriendo aunque fue interceptado finalmente. 

De la misma forma recoge fiscalía que en el transcurso de la investigación policial se localizó a los otros 17 acusados a través de las detenciones anteriores que se encargaban fundamentalmente de las tareas de menudeo y distribución. Precisa también que dos de ellos compartieron piso mientras cursaban sus estudios. Vivían por la zona de la biblioteca y el piso se utilizó como almacén para guardar parte de los estupefacientes que se distribuían más tarde en la ciudad. La droga, hachís en su mayoría, procedía de Algeciras, ubicación hasta la que uno de los acusados viajó e hasta tres ocasiones durante el verano de 2019, tal y como apunta el escrito.