La Sierra de la Mosca es una alineación montañosa que comparte rasgos geológicos con la mayor parte de la Sierra de San Pedro y en la que la pérdida de los usos tradicionales y las actividades agropecuarias, junto a su proximidad al casco urbano de la ciudad de Cáceres, y la proliferación de edificaciones sin planificación en el último cuarto de siglo constituyen un caldo de cultivo frente a los grande incendios forestales y una amenaza al mismo tiempo en el caso de que pueda producirse algún fuego de gran envergadura. 

Por todo eso, la Consejería de Agricultura, responsable de las competencias de protección de incendios está dispuesta a actuar para proteger la zona y ya se trabaja en un decreto que por un lado extiende la actual Zona de Alto Riesgo (ZAR) de Sierra de San Pedro hasta La Montaña y por otro declara además de interés general los trabajos necesarios para crear las infraestructuras preventivas, lo que en la práctica supone que será la administración regional la que actúe de oficio y asuma los costes, según el borrador existente. «Desde el punto de vista social se trata de un entorno de gran valor, asociado a la presencia del Santuario de la Virgen de la Montaña y y con numerosos senderos de gran belleza y riqueza ecológico paisajística, lo que acrecienta más si cabe la necesidad de protegerlo frente al riesgo de incendios forestales y hacerlo con un impacto visual bajo», señala también ese borrador. El documento se encuentra desde el pasado martes en exposición pública por un periodo de 15 días. 

Desde el 2000, la zona ha registrado 71 incendios, lo que supone más de tres cada año de media

La franja que se prevé incluir es la que está comprendida entre Cáceres y Sierra de Fuentes, delimitada por la carretera de Miajadas y la autovía de Trujillo. El documento recoge que esa zona ha registrado 71 incendios desde el año 2000, lo que supone más de tres incendios cada año y una superficie global arrasada de 3.431 hectáreas. «La incidencia en la zona está por encima del 400% de la incidencia media regional», según resalta, por lo que «se considera de urgente necesidad establecer las medidas de prevención que faciliten la gestión de una posible emergencia», tanto para proteger a las personas ajenas a la extinción de incendios como para facilitar que los profesionales actúen con seguridad. 

Adecuar viales

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Una de las medidas que se contemplan en ese decreto es habilitar una red de viales que permitan por un lado la evacuación de personas y por otro el tránsito de los vehículos de emergencias y en especial los camiones de extinción. En esencia esos caminos ya existen, pero no están dimensionados para vehículos de gran envergadura y en muchos puntos tampoco es posible que puedan ni siquiera cruzarse dos coches. Lo que se plantea por ello es, en la medida de lo posible, adecuar la banda de rodadura, ensanchar los caminos, habilitar las cunetas y llevar a cabo obras de drenaje para evitar su deterioro; también se prevé construir enlaces que permitan unir caminos que ahora no tienen salida o bien habilitar ensanchamientos suficientemente grandes para que un vehículo pueda dar media vuelta. Otra de las actuaciones prevista, en las zonas en las que sea factible, es eliminar muros y paredes para dar más anchura a los viales. 

Junto a eso, se construirán dos balsas de agua y se rebajará la carga de combustible en torno a los caminos y, en concreto, se crearán lo que se denominan ‘fajas de selvicultura’ de 8 metros de ancho a ambos lados del camino en algunos tramos, aunque se recuerda que cuando estas coincidan con terrenos privados, serán los propietarios los que tengan que hacerse cargo del correcto mantenimiento.